LECCION 13

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  • Publicado el Martes, 25 Marzo 2025 21:11
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Lección 13 Edición Adultos – El amor es el cumplimiento de la Ley – Sábado 29 de Marzo 2025

AdolfoCalsin March 22, 20250 comments

Sábado, Marzo 22

El amor es el cumplimiento de la Ley

Lee para el estudio de esta semana
Éxodo 20: 1-17Romanos 6: 1-37: 7-12Jeremías 31: 31-34Mateo 23: 2324Santiago 2: 1-9.

Para memorizar
«No tengan deudas con nadie, aparte de la deuda de amarse unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley» (Rom. 13: 8, RVC).

Mientras trataban con un feligrés problemático, alguien de la Junta de la iglesia dijo al pastor: «No podemos tomar decisiones basadas en la compasión». ¿No podemos? Al oír eso, el pastor se preguntaba qué concepto de Dios y de la Ley divina tenía esa persona. No cabe duda de que la compasión debe ser fundamental en nuestro trato con las personas, especialmente con las que se equivocan. La compasión es parte integral del amor y, como dice Romanos 13: 8, amar al prójimo es cumplir la Ley.

Si el amor es realmente el cumplimiento de la Ley, no debemos pensar en la Ley como si estuviera separada del amor o en el amor como si estuviera desconectado de la Ley. En la Escritura, el amor y la Ley son inseparables. El Legislador divino es amor y, por consiguiente, la Ley de Dios es la Ley del amor. Es, como dijo Elena G. de White: «La ley de Dios es el trasunto de su carácter» (Palabras de vida del gran Maestro, p. 251).

La Ley de Dios no es un conjunto de principios abstractos, sino mandamientos e instrucciones destinados a nuestro desarrollo. La Ley de Dios es, en su totalidad, una expresión del amor tal como Dios mismo lo expresa.

 

Domingo, Marzo 23

La ley del amor

La Ley de Dios no consiste en principios abstractos; por el contrario, es una expresión que tiene que ver con relaciones. Esto puede verse explícitamente en los Diez Mandamientos, cuyos principios básicos ya existían en el Jardín del Edén. Dicho de otra manera, son los principios del amor que debían regir la relación entre Dios y las personas, y entre estas.

Cuando los Diez Mandamientos fueron proclamados en Éxodo 20 y luego escritos en piedra, se entregaron a Israel en el contexto de una relación de pacto. Los Mandamientos fueron puestos por escrito después de que el Señor liberó al pueblo de Egipto, y se basaban en el amor de Dios y en sus promesas para la nación (ver Éxo. 6: 78Lev. 26: 12). Las dos divisiones de los Diez Mandamientos muestran que su objetivo es el desarrollo pleno de la relación humana con Dios y de las relaciones interpersonales.

Lee Éxodo 20: 1 al 17. ¿Cómo revelan estos versículos los dos principios, el del amor a Dios y el del amor a los demás?

Los cuatro primeros Mandamientos se refieren a las relaciones de las personas con Dios, y los seis últimos a las relaciones de las personas entre sí. Nuestra relación tanto con Dios como con los demás debe estar regulada por los principios de la Ley de Dios.

Estas dos partes de la Ley corresponden directamente a lo que Jesús identificó como los dos mandamientos más importantes: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente» (Mat. 22: 37; compara con Deut. 6: 5) y «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mat. 22: 39; compara con Lev. 19: 18).

Los cuatro primeros Mandamientos expresan cómo amar a Dios con todo nuestro ser, mientras que los seis últimos se refieren al amor hacia los demás. Jesús hace explícito que estos dos grandes mandamientos del amor están integralmente relacionados con la Ley. «De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas» (Mat. 22: 40).

La totalidad de la Ley de Dios, por lo tanto, se fundamenta en el amor divino. El amor y la Ley de Dios son inseparables. A menudo oímos decir: «No necesitamos guardar la Ley, solo necesitamos amar a Dios y amar a los demás». ¿Por qué no tiene sentido esa idea?

¿Cómo podríamos expresar amor a Dios, o amor a los demás, si estuviéramos violando alguno de los Diez Mandamientos?

 

Lunes, Marzo 24

La ley es santa, justa y buena

El amor es el fundamento de la Ley de Dios. Cuando Dios defiende la Ley, defiende el amor. Esta es la razón por la que Jesús murió para salvar a los pecadores, para poder defender la Ley y al mismo tiempo concedernos la gracia. De este modo, podía ser a la vez justo y justificador de quienes creen (Rom. 3: 2526). ¡Qué expresión de amor! En consecuencia, el proceso de redención no invalida la Ley, sino que la confirma.

Lee Romanos 6: 1 al 3 y luego Romanos 7: 7 al 12, con especial atención al versículo 12. ¿Qué nos dicen estos textos acerca de la Ley, incluso después de la muerte de Cristo?

Aunque algunos creen que la gracia y la redención anulan la Ley, Pablo dice claramente que no debemos continuar en el pecado para que la gracia aumente. Por el contrario, quienes están en Cristo por la fe han sido «bautizados en su muerte» y, por lo tanto, deben considerarse muertos al pecado y vivos para Cristo.

La Ley de Dios no es pecado, pero, entre otras cosas, nos hace percibir el pecado y nuestra pecaminosidad. Por eso, «la ley es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno» (Rom. 7: 12). La Ley revela, como ninguna otra cosa, nuestra gran necesidad de salvación, de redención, lo cual solo es posible por medio de Cristo. En consecuencia, no «invalidamos la Ley» por la fe, «más bien, confirmamos la Ley» (Rom. 3: 31).

Cristo no vino a anular la Ley, sino a cumplir todo lo prometido en la Ley y en los Profetas. Por eso insiste en que «antes que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley» (Mat. 5: 18).

La Ley de Dios representa su santidad, su carácter perfecto de amor, justicia, bondad y verdad (Lev. 19: 2Sal. 19: 78119: 142172). A este respecto, es significativo que, según Éxodo 31: 18, Dios mismo escribiera los Diez Mandamientos en las tablas de piedra. Escritas en piedra, estas leyes son testimonio del carácter inmutable de Dios y de su gobierno moral, que se fundamenta en el amor, un tema central del Gran Conflicto.

¿Cómo nos ayuda este vínculo entre la Ley y el amor a entender mejor las palabras de Jesús: «Si me amáis, guardad mis mandamientos» (Juan 14: 15)?

 

Martes, Marzo 25

La ley y la gracia

Como hemos visto, la Ley y la gracia no se oponen entre sí. Por el contrario, cumplen funciones diferentes de acuerdo con el amor y la justicia de Dios. Un fuerte contraste entre la Ley y la gracia habría desconcertado a los antiguos israelitas, que veían en la entrega de la Ley por parte de Dios una gran muestra de su gracia. Mientras que los «dioses» de las naciones circundantes eran volubles, totalmente impredecibles y no comunicaban a sus adoradores qué deseaban o cómo complacerlos, el Dios de la Biblia instruye muy claramente a su pueblo acerca de lo que le agrada: lo que es para el bien de todo su pueblo, individual y colectivamente.

Sin embargo, la Ley no puede salvarnos del pecado ni transformar los corazones humanos. Como consecuencia de nuestra pecaminosidad innata, necesitamos un nuevo corazón, un trasplante espiritual.

Lee Jeremías 31: 31 al 34. ¿Qué nos enseña este texto acerca de la promesa divina de darnos un corazón nuevo? Compara esto con lo dicho por Cristo a Nicodemo en Juan 3: 1 al 21 acerca del nuevo nacimiento. Ver también Hebreos 8: 10.

Los Diez Mandamientos fueron escritos por Dios mismo en tablas de piedra (Éxo. 31: 18), pero la Ley también debía estar escrita en los corazones de su pueblo (Sal. 37: 3031). La Ley de amor de Dios no debería ser algo externo a nosotros, sino algo inscrito en nuestro carácter. Solo Dios podía inscribir su Ley en los corazones humanos, y prometió hacerlo en favor del pueblo de su Pacto (ver Heb. 8: 10).

No podemos salvarnos por cumplir la Ley. En cambio, nos salvamos por gracia mediante la fe, no por nosotros mismos, sino como un don de Dios (Efe. 2: 8). No guardamos la Ley para ser salvos, sino porque ya lo somos. No guardamos la Ley para ser amados, sino porque somos amados, y por eso deseamos amar a Dios y a los demás (compara con Juan 14: 15).

Al mismo tiempo, la Ley nos muestra nuestro pecado (Sant. 1: 22-25Rom. 3: 207: 7) y nuestra necesidad de un Redentor (Gál. 3: 22-24); nos guía por los mejores caminos de la vida y revela el carácter de amor de Dios.

¿Dónde radica tu esperanza respecto del Juicio? ¿En tu diligente y fiel cumplimiento de la Ley o en la justicia de Cristo, que te cubre? ¿Qué te dice tu respuesta acerca de la función de la Ley de Dios, acerca de lo que ella puede hacer y de lo que no es posible para ella?

 

Miércoles, Marzo 26

El amor es el cumplimiento de la ley

No se puede exagerar la relación entre el amor y la Ley. De hecho, según las Escrituras, amar es cumplir la Ley.

En Romanos 13: 8 al 10, Pablo enseña que «el que ama al prójimo ha cumplido la ley». Después de enumerar varios de los últimos seis Mandamientos, él declara que se resumen todos en este mandato: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Rom. 13: 9). De hecho, Pablo enseña explícitamente que «el cumplimiento de la Ley es el amor» (Rom. 13: 10). De nuevo, él explica en Gálatas 5: 14 que «toda la Ley en esta sola palabra se cumple: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”». Pero ¿qué clase de amor es el que cumple la Ley? ¿Cómo es ese amor?

Lee Mateo 23: 23 y 24. ¿Qué es «lo más importante de la Ley»? Lee Deuteronomio 5: 12 al 15 e Isaías 58: 13 y 14. ¿Cómo demuestran estos pasajes la relación entre la Ley (especialmente el mandamiento del sábado) y la preocupación de Dios por la justicia y la liberación?

Jesús identifica «lo más importante de la Ley» como «la justicia, la misericordia y la fe». En relación con el cuarto Mandamiento en particular, podemos ver en las Escrituras que el sábado mismo está integralmente conectado con la liberación y la justicia.

En Deuteronomio 5, el mandamiento del sábado se relaciona con la liberación de Israel de la esclavitud. Es decir, el sábado no es solo un memorial de la Creación, sino también un memorial de la liberación de la esclavitud y la opresión. A su vez, en el contexto de apartarse del propio placer para llamar al sábado deleite y para deleitarse en el Señor (Isa. 58: 1314), se hace hincapié en las obras de amor y justicia en favor de los demás: hacer el bien, alimentar a los hambrientos, alojar a los desamparados (ver Isa. 58: 3-10).

Dadas todas estas enseñanzas (y muchas otras), quienes desean cumplir la Ley mediante el amor deben preocuparse no solo por los pecados de comisión, sino también por los de omisión. El amor como cumplimiento de la Ley no solo implica abstenerse de cometer pecados que representan transgresiones de mandamientos específicos, sino que también consiste en hacer el bien activamente, en realizar las obras de amor que promueven fielmente la justicia y la misericordia. Ser fiel a Dios es algo más que no violar la letra de la Ley.

 

Jueves, Marzo 27

Sobre todo, ámense mutuamente

Si el amor es el cumplimiento de la Ley, entonces uno no puede cumplir la Ley de Dios en sentido pleno simplemente absteniéndose de hacer cosas malas. La propia ley del amor (expresada en la totalidad de las Escrituras) no solo nos ordena abstenernos de hacer el mal, sino que también nos impulsa a realizar actos que revelen el amor de Dios en favor de los demás, y no solo a otros miembros de la iglesia, sino también al mundo en general, que tan desesperadamente necesita un verdadero testimonio cristiano.

Lee Santiago 2: 1 al 9. ¿Qué mensajes cruciales se nos están dando aquí?

Santiago denuncia enérgicamente la injusticia en la sociedad, identificando específicamente la discriminación contra los pobres y la opresión por parte de algunos ricos. Luego, llama la atención sobre la ley del amor al prójimo, diciendo que quienes cumplen esta ley «bien hacen» (Sant. 2: 8).

Como lo expresó Elena G. de White: «El amor hacia el hombre es la manifestación terrenal del amor hacia Dios. El Rey de gloria vino a ser uno con nosotros, a fin de implantar este amor y hacernos hijos de una misma familia. Y cuando se cumplan las palabras que pronunció al partir: “Que os améis los unos a los otros, como yo os he amado” (Juan 15: 12), cuando amemos al mundo como él lo amó, entonces se habrá cumplido su misión para con nosotros. Estaremos listos para el cielo, porque lo tendremos en nuestro corazón» (Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, p. 611).

Cuando amamos al mundo como Cristo lo ama, entonces estamos preparados para el Cielo. ¡Qué poderosa expresión de lo que significa ser seguidor de Jesús!

Jesús ordena a sus seguidores: «Así como yo los he amado, ámense también ustedes unos a otros» (Juan 13: 34, RVC). Jesús también proclama: «En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si se aman unos a otros» (Juan 13: 35, RVC). El amor ocupa un lugar tan central en la fe cristiana porque Dios es amor (1 Juan 4: 816). Por lo tanto, quienes afirman amar a Dios deben amarse unos a otros (compara con 1 Juan 3: 114: 2021).

En consecuencia, 1 Pedro 4: 8 exhorta a los cristianos: «Por sobre todas las cosas, ámense intensamente los unos a los otros, porque el amor cubre infinidad de pecados» (RVC; ver también Heb. 10: 241 Tes. 3: 12).

Detente a pensar en la idea de amar al mundo como Cristo lo amó y lo ama. ¿Cómo podría esto ayudarnos a comprender mejor el concepto de la perfección cristiana y de cómo somos hechos aptos para la vida eterna? Comparte tu respuesta con tu clase el sábado.

 

Viernes, Marzo 28

Para estudiar y meditar

Lee el capítulo titulado «Estos mis hermanos pequeñitos» en las páginas 607 a 612 del libro El Deseado de todas las gentes, de Elena G. de White.

«Los que sirvan a otros serán servidos por el príncipe de los pastores. Ellos mismos beberán del agua de vida y serán satisfechos. No desearán diversiones excitantes, o algún cambio en su vida. El gran tema de su interés será cómo salvar las almas que están a punto de perecer. El trato social será provechoso. El amor del Redentor unirá los corazones.

»Cuando comprendamos que somos colaboradores con Dios, no pronunciaremos sus promesas con indiferencia. Arderán en nuestro corazón y en nuestros labios. A Moisés, cuando le llamó a servir a un pueblo ignorante, indisciplinado y rebelde, Dios le prometió: “Mi rostro irá contigo, y te haré descansar”. Y dijo: “Yo seré contigo” (Éxo. 33: 143: 12). Esta promesa es hecha a todos los que trabajan en lugar de Cristo por sus hijos afligidos y dolientes» (Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, p. 611).

Preguntas para dialogar:

Lee 1 Corintios 13: 4 al 8. ¿De qué manera 1 Corintios 13 arroja luz sobre la clase de personas que debemos ser?

¿Qué separa a las ovejas de las cabras en Mateo 25: 31 al 46? ¿Cómo podemos entender lo que Jesús dice aquí sin caer en el error de la salvación por obras?

¿Qué significa para ti que «cuando amemos al mundo como él lo amó, entonces se habrá cumplido su misión para con nosotros. Estaremos listos para el Cielo, porque lo tendremos en nuestro corazón» (ver el estudio del jueves)? ¿Qué revela esto sobre la naturaleza de Dios y la del Cielo mismo? En este sentido, ¿cómo podemos ser mejores ciudadanos del Cielo en relación con la difusión del amor de Dios de manera que traiga luz y justicia a los oprimidos?

¿Qué medidas prácticas debería tomar tu iglesia local para reflejar la preocupación de Dios por el amor y la justicia en tu comunidad? ¿Qué están tú y los miembros de tu iglesia haciendo bien en la comunidad donde viven? ¿En qué necesitas mejorar y centrarte más?

¿Qué pasos tangibles pueden tú y tus hermanos en la fe dar individual y colectivamente para actuar según lo que hemos estudiado acerca del amor y la justicia de Dios?

 

LECCION 12

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  • Publicado el Martes, 25 Marzo 2025 21:09
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Lección 12 Edición Adultos – Amor y justicia: Los dos mandamientos más importantes – Sábado 22 de Marzo 2025

AdolfoCalsin March 15, 20250 comments

Sábado, Marzo 15

Amor y justicia: Los dos mandamientos más importantes

Lee para el estudio de esta semana

Mateo 22: 34–40Zacarías 7: 9–12Salmo 82Miqueas 6: 8Mateo 23: 23–30Lucas 10: 25–37.

Para memorizar
«Si alguno dice: “Yo amo a Dios”, pero odia a su hermano, es mentiroso, pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?» (
1 Juan 4: 20).

Si bien confiamos en que Dios pondrá finalmente en orden todas las cosas, sigue siendo importante lo que los cristianos hagamos aquí y ahora. Aunque pueden existir muchas injusticias y males que Dios no erradicará en el presente debido a los parámetros del Conflicto Cósmico, esto no significa que no podamos ser utilizados para ayudar a aliviar en lo posible cualquier sufrimiento y mal que encontremos.

Como hemos visto, el amor y la justicia son inseparables. Dios ama la justicia. Por consiguiente, si amamos a Dios, también amaremos la justicia.

Del mismo modo, si amamos a Dios, nos amaremos unos a otros. Parte del amor mutuo consiste en compartir la preocupación por el bienestar de quienes nos rodean. Cuando otros sufren pobreza, opresión o cualquier tipo de injusticia, debemos preocuparnos. Cuando otros son oprimidos, no debemos mirar hacia otro lado. Debemos preguntarnos qué podemos hacer para promover el amor y la justicia de Dios de manera que reflejemos en nuestro estropeado mundo el carácter perfectamente recto y amoroso de nuestro Señor.

 

Domingo, Marzo 16

Los dos mandamientos principales

A fin de reflexionar acerca de lo que podemos hacer, individual y colectivamente, para promover el amor y la justicia de Dios en nuestro mundo, conviene comenzar centrándonos en lo que Dios nos ha ordenado.

Lee Mateo 22: 34 al 40. ¿Cómo respondió Jesús a la pregunta del intérprete de la ley?

Según el propio Jesús, el «primero y grande mandamiento» es: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente». Y luego añadió: «Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”». Sin embargo, estos mandamientos no son los únicos. Jesús enseñó además lo siguiente: «De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas» (Mat. 22: 37-40). De hecho, esos dos mandamientos son citados en el Antiguo Testamento.

Lee Mateo 19: 16 al 23. ¿Cómo se relacionan las respuestas de Jesús al joven rico con las que dio al intérprete de la Ley en Mateo 22?

¿Qué sucedió aquí? ¿Por qué respondió Jesús a ese hombre como lo hizo? ¿Qué deberían decirnos estos encuentros independientemente de nuestra posición o situación en la vida?

«Cristo presentó las únicas condiciones que pondrían al príncipe donde desarrollaría un carácter cristiano. Sus palabras eran palabras de sabiduría, aunque parecían severas y exigentes. En su aceptación y obediencia estaba la única esperanza de salvación del príncipe. Su posición exaltada y sus bienes ejercían sobre su carácter una sutil influencia para el mal. Si los prefiriese, suplantarían a Dios en sus afectos. El guardar poco o mucho sin entregarlo a Dios sería retener aquello que reduciría su fuerza moral y eficiencia; porque si se aprecian las cosas de este mundo, por inciertas e indignas que sean, llegan a absorberlo todo» (Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, p. 491).

Aunque no todos estemos llamados a vender nuestras posesiones, como este joven rico, ¿a qué te estás aferrando que, si no lo dejas, podría poner en riesgo tu salvación eterna?

 

Lunes, Marzo 17

Los dos mayores pecados

Según el propio Jesús, los dos mandamientos más importantes son el amor a Dios y el amor a los demás. Obedecer estos mandamientos implica sacrificios que muestren de forma tangible el amor a los demás, lo que realmente significa seguir los pasos de Jesús.

Ahora bien, si los dos mandamientos más grandes son el amor a Dios y el amor a los demás, ¿cuáles son los dos pecados más grandes?

Lee Salmo 135: 13 al 19. ¿Qué revela esto acerca de un pecado común que es destacado a lo largo de las Escrituras?

El Antiguo Testamento subraya continuamente la importancia del amor a Dios por encima de todo (ver Deut. 6: 5). Esto está estrechamente relacionado con el gran pecado de la idolatría, que es lo opuesto al amor a Dios.

Lee Zacarías 7: 9 al 12. Según el profeta Zacarías en este pasaje, ¿qué condena Dios? ¿Cómo se relacionan esto y el pecado de idolatría con los dos grandes mandamientos?

La idolatría no es lo único a lo que Dios responde con la ira del amor, sino también al maltrato contra su pueblo, ya sea individual o corporativamente. Dios se enoja ante la injusticia porque él es amor.

Los dos grandes pecados enfatizados a lo largo del Antiguo Testamento son faltas relacionadas con los dos grandes mandamientos: el de amar a Dios y el de amar a los demás. Los dos grandes pecados consisten en la ausencia de amor. En resumen, no se pueden cumplir los mandamientos si no se ama a Dios y a los demás.

De hecho, 1 Juan 4: 20 y 21 afirma: «Si alguno dice: “Yo amo a Dios”, pero odia a su hermano, es mentiroso, pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: “El que ama a Dios, ame también a su hermano”».

¿Cómo puedes explicar por qué el amor a Dios no puede separarse del amor a los demás? ¿Cómo entiendes este vínculo inquebrantable?

 

Martes, Marzo 18

Dios ama la justicia

Las Escrituras declaran que Dios ama la justicia y odia el mal (por ejemplo, Sal. 33: 5Isa. 61: 8), lo que despierta en él una justa indignación en favor de toda víctima de la injusticia. A lo largo del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, Dios muestra constantemente su amor y cuidado por los oprimidos, al tiempo que expresa su justa ira contra los victimarios y opresores.

Lee Salmo 82. ¿Cómo expresa este salmo la preocupación de Dios por la justicia en este mundo? ¿Qué significa esto para nosotros?

Según muchos comentaristas, este pasaje condena a los gobernantes terrenales responsables de la injusticia en la sociedad y se refiere también al juicio futuro del que Dios hará objeto a los gobernantes celestiales, los «dioses» (es decir, las fuerzas demoníacas) que están detrás de los jueces y los gobernantes terrenales corruptos. En este salmo se pregunta específicamente a los gobernantes: «¿Hasta cuándo ustedes juzgarán con injusticia, y tratarán como inocentes a los impíos?» (Sal. 82: 2, RVC).

Además, se les pide: «¡Defiendan a los pobres y a los huérfanos! ¡Hagan justicia a los afligidos y a los menesterosos! ¡Liberen a los afligidos y a los necesitados! ¡Pónganlos a salvo del poder de los impíos!» (Sal. 82: 34, RVC). Aquí y en otros lugares, los profetas del Antiguo Testamento hacen un claro llamado a la justicia. No se trata de una preocupación secundaria de las Escrituras, sino que ocupa un lugar central en el mensaje de los profetas de todo el Antiguo Testamento y en lo que Jesús dijo durante su ministerio terrenal.

No es ningún secreto lo que Dios desea y exige de quienes pretenden amarlo y obedecerlo. Lo especifica muy claramente en Miqueas 6: 8 (y en pasajes similares en otros lugares): «Hombre, él te ha declarado lo que es bueno, lo que pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia y humillarte ante tu Dios».

Este principio se repite en toda la Escritura. Por ejemplo, Jesús dijo: «En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si se aman unos a otros» (Juan 13: 35, RVC; compara con 1 Juan 4: 8-16).

¿Cómo serían nuestras familias e iglesias si nos centráramos en Miqueas 6: 8 y lo pusiéramos en práctica? Sea cual fuere el contexto en el que te encuentres, ¿cómo podrías aplicar y manifestar mejor estos principios?

 

Miércoles, Marzo 19

Llamados a establecer la justicia

Los profetas bíblicos subrayan continuamente el llamado de Dios a practicar la justicia en la sociedad. Las Escrituras no se amedrentan a la hora de poner de relieve cuestiones de injusticia y opresión. De hecho, la exhortación de Dios a traer el juicio era en sí misma el llamado divino a establecer la justicia.

Por ejemplo, el profeta Isaías no titubea a la hora de hablar de la injusticia en el Israel de su época. Sus palabras y su llamamiento a la justicia deberían resonar de manera clara y rotunda en nuestros oídos hoy: «Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, socorred al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda» (Isa. 1: 17). Además, proclama «ay» contra los que «dictan leyes injustas […] para apartar del juicio a los pobres» (Isa. 10: 12), advirtiendo: «¿Qué haréis en el día del castigo? ¿A quién os acogeréis para que os ayude cuando llegue de lejos el desastre?» (Isa. 10: 3).

Asimismo, el profeta Jeremías proclama el siguiente mensaje de Dios: «¡Ay del que edifica su casa sin justicia y sus salas sin equidad, sirviéndose de su prójimo de balde, sin darle el salario de su trabajo! […] ¿No comió y bebió tu padre, y actuó conforme al derecho y la justicia, y le fue bien? Él juzgó la causa del afligido y del necesitado, y le fue bien. ¿No es esto conocerme a mí?, dice Jehová» (Jer. 22: 131516).

Lee Mateo 23: 23 al 30. ¿Qué enseña Jesús aquí sobre lo que es más importante? ¿Qué crees que quiere decir cuando se refiere a «lo más importante»?

La injusticia no era una preocupación exclusiva de los profetas del Antiguo Testamento, ya que vemos claramente aquí y en otras partes del ministerio de Jesús que esto era de suma importancia para Cristo mismo. Como él dice: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque diezmáis la menta, el anís y el comino, y dejáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello» (Mat. 23: 23). En el pasaje paralelo de Lucas, Jesús se lamenta de que pasan «por alto la justicia y el amor de Dios» (Luc. 11: 42).

¿Cómo cambiaría tu perspectiva si hoy te enfocaras en «lo más importante», en lugar de en el diezmo de «la menta, el anís y el comino» en lo que podrías estar enfocado?

 

Jueves, Marzo 20

¿Quién es mi prójimo?

En el relato de Lucas, justo después de que Jesús declaró cuáles son los dos mandamientos más importantes –el amor a Dios y el amor al prójimo–, un intérprete de la ley, «queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?”» (Luc. 10: 29). En respuesta a esto, Jesús contó la ya familiar, pero entonces impactante, parábola del buen samaritano.

Lee la parábola del buen samaritano en Lucas 10: 25 al 37. ¿Qué dice este pasaje a la luz del clamor de los profetas en favor de la misericordia y la justicia, y de los tipos de injusticias que diferentes grupos de personas han infligido a su prójimo a lo largo de la historia?

Jesús no se limitó a hablar de justicia, sino que vino a traerla. Él fue y será el cumplimiento del llamado y el anhelo profético de justicia (ver Luc. 4: 16-21 a la luz de Isa. 61: 12). Él es el Deseado de todas las naciones, especialmente de quienes reconocen su necesidad de liberación.

En contraste directo con el Enemigo, que se aferraba al poder y trataba de usurpar el Trono de Dios, Jesús «se humilló a sí mismo» y se identificó con quienes estaban bajo el pecado (sin ceder al pecado), la injusticia y la opresión, y derrotó al Enemigo entregándose por amor para establecer la justicia como aquel que es justo y el que justifica a todos los que creen. ¿Cómo podemos afirmar que nos preocupa la Ley por la que Cristo murió si no nos preocupa lo que Cristo llama «lo más importante de la Ley»?

Salmo 9: 8 y 9 proclama: «Él juzgará al mundo con justicia y a los pueblos con rectitud. Jehová será refugio del pobre, refugio para el tiempo de angustia». Asimismo, Salmo 146: 7 al 9 añade que Dios es el «que hace justicia a los agraviados, que da pan a los hambrientos. Jehová liberta a los cautivos; Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos. Jehová guarda a los extranjeros; al huérfano y a la viuda sostiene, y el camino de los impíos trastorna».

¿Podría la Palabra de Dios ser aún más clara acerca de cómo debemos ayudar a los necesitados y sufrientes que nos rodean?

¿Qué podemos aprender de la vida y el ministerio de Jesús acerca de cómo ayudar a los necesitados? Aunque no podamos hacer milagros como él, ¿cómo podría nuestra ayuda ser vista como un «milagro» para aquellos que sufren?

 

Viernes, Marzo 21

Para estudiar y meditar

Lee el capítulo titulado «El sábado» en las páginas 253 a 260 del libro El Deseado de todas las gentes, de Elena G. de White.

«Los espías no se atrevían a contestar a Jesús en presencia de la multitud, por temor a meterse en dificultades. Sabían que él había dicho la verdad. Más bien que violar sus tradiciones, estaban dispuestos a dejar sufrir a un hombre, mientras que aliviarían a un animal por causa de la pérdida que sufriría el dueño si lo descuidaban. Así manifestaban mayor cuidado por un animal que por el hombre, que fue hecho a la imagen de Dios. Esto ilustra el resultado de todas las religiones falsas. Tienen su origen en el deseo del hombre de exaltarse por encima de Dios, pero llegan a degradar al hombre por debajo del nivel de los brutos. Toda religión que combate la soberanía de Dios, defrauda al hombre de la gloria que le fue concedida en la creación, y que ha de serle devuelta en Cristo. Toda religión falsa enseña a sus adeptos a descuidar los menesteres, sufrimientos y derechos de los hombres. El evangelio concede alto valor a la humanidad como adquisición hecha por la sangre de Cristo, y enseña a considerar con ternura las necesidades y desgracias del hombre. El Señor dice: “Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre” (Isa. 13: 12).

»Cuando Jesús preguntó a los fariseos si era lícito hacer bien o mal en sábado, salvar la vida o matar, les hizo confrontar sus propios malos deseos. Con acerbo odio ellos deseaban matarle mientras él estaba salvando vidas e impartiendo felicidad a muchedumbres. ¿Era mejor matar en sábado, según se proponían ellos hacer, que sanar a los afligidos como lo había hecho él? ¿Era más justo tener homicidio en el corazón en el día santo, que tener hacia todos un amor que se expresara en hechos de misericordia?» (Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, p. 258).

Preguntas para dialogar:

¿Por qué y cómo es cierto que «toda religión falsa enseña a sus adeptos a descuidar los menesteres, los sufrimientos y los derechos de los hombres»? ¿Qué medidas podemos tomar para evitar esa indiferencia en nuestras iglesias y fuera de ellas?

¿Quién es mi prójimo? ¿Quién es tu prójimo? ¿En qué aspectos prácticos deberíamos los seguidores de Cristo parecernos más al samaritano que traspuso los límites impuestos por la sociedad de sus días para actuar con amor?

Si Dios ama la justicia y la misericordia, ¿cómo deberíamos actuar de acuerdo con lo que más le importa a él? ¿Cómo podemos centrarnos más en lo que Jesús llamó «lo más importante de la Ley»?

Cuando pensamos y hablamos acerca del Juicio, ¿hacemos hincapié en que Jesús se refirió principalmente al tema en términos de si amamos activamente a los demás y en qué medida, particularmente a los oprimidos? Reflexiona acerca de ello a la luz de Mateo 25: 31 al 46.

 

LECCION 10

  • Categoría: LECCION 1 - 2025
  • Publicado el Martes, 25 Marzo 2025 21:07
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Lección 10 Edición Adultos: – Las reglas del Conflicto – Para el 08 de Marzo de 2025, (1er Trimestre)

AdolfoCalsin March 1, 20250 comments

Sábado, Marzo 01

Las reglas del Conflicto

Lee para el estudio de esta semana

Daniel 10: 1-14Apocalipsis 13: 1-8Job 1: 1-122: 1-7Juan 12: 3114: 30Marcos 6: 59: 29.

Para memorizar
«El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo» (
1 Juan 3: 8).

Una poderosa narración que revela la naturaleza del Conflicto Cósmico se encuentra en 1 Reyes 18: 19 al 40, donde el Señor desenmascara a los llamados «dioses de las naciones» por medio de Elías en el Monte Carmelo. Sin embargo, hay algo más detrás de bastidores acerca de estos «dioses» que el hecho de que sean meros productos de la imaginación pagana. Detrás de los «dioses» que las naciones vecinas de Israel adoraban, en realidad, había algo más.

«En vez de ofrecerle sacrificios a Dios, se los ofreció a los demonios, a dioses que nunca antes había conocido; a dioses nuevos, venidos de cerca, a los que sus padres nunca antes adoraron» (Deut. 32: 17, RVC). Pablo añade: «Lo que quiero decir es que los animales que ofrecen los no judíos, se ofrecen a los demonios, y no a Dios; y yo no quiero que ustedes tengan algo que ver con los demonios» (1 Cor. 10: 20, RVC)..

Detrás de los falsos «dioses» de las naciones había en realidad demonios disfrazados. Esto significa, entonces, que todos los textos de las Escrituras que se refieren a la idolatría y a los dioses extranjeros son textos acerca del Conflicto Cósmico.

Este trasfondo permite entender mejor el tema del Conflicto Cósmico, además de tener enormes implicaciones para comprender mejor la naturaleza de ese conflicto y cómo este arroja luz sobre el problema del mal.

 

Domingo, Marzo 02

Un ángel demorado

Como hemos visto, los falsos «dioses» de las naciones eran en realidad demonios disfrazados. Además, las Escrituras revelan que los gobernantes celestiales demoníacos a veces están detrás de los gobernantes terrenales. Esas fuerzas del Enemigo pueden incluso oponerse a los agentes angélicos enviados por Dios.

Lee Daniel 10: 1 al 14, prestando especial atención a los versículos 12 y 13. ¿Qué enseñanza relevante contienen estos versículos acerca del Conflicto Cósmico? ¿Qué opinas de la oposición enfrentada durante 21 días por el ángel enviado por Dios?

«Durante tres semanas Gabriel luchó con las potestades de las tinieblas, procurando contrarrestar las influencias que obraban sobre el ánimo de Ciro. […] Todo lo que podía hacer el Cielo en favor del pueblo de Dios fue hecho. Se obtuvo finalmente la victoria; las fuerzas del Enemigo fueron mantenidas en jaque mientras gobernaron Ciro y su hijo Cambises» (Elena G. de White, Profetas y reyes, p. 382).

Semejante conflicto angélico es evidencia de que Dios no está usando todo su poder. Se concede al Enemigo cierta libertad y poder genuinos, que no son suprimidos caprichosamente, sino que están restringidos por parámetros conocidos por ambas partes, aunque no por nosotros. Parece que existen reglas en el Conflicto Cósmico dentro de las cuales operan incluso los ángeles de Dios y a las que en las próximas lecciones nos referiremos como las «reglas del Conflicto».

En cierto sentido, comprender estos límites puede no ser difícil si captamos la idea, de la que ya hemos hablado, de que Dios obra solo por amor, y que el amor, no la coacción, es el fundamento de su gobierno. Esta idea, la de que Dios obra solo mediante los principios que emanan del amor, puede ayudarnos a comprender mejor el Gran Conflicto.

¿Cómo has experimentado los límites de obrar únicamente de acuerdo con los principios del amor y no de la coacción? ¿Qué lecciones has aprendido acerca de los límites del poder?

 

Lunes, Marzo 03

El dragón de Apocalipsis

La perspectiva general de los gobernantes celestiales en el Conflicto Cósmico aparece sintetizada en el libro de Apocalipsis, donde el Diablo es descrito como «el gran dragón» que se opone a Dios y «engaña al mundo entero» (Apoc. 12: 9).

Lee Apocalipsis 13: 1 al 8. ¿Qué revela esto acerca de los alcances de la jurisdicción del dragón?

El dragón (Satanás) no solo combate contra Dios (Apoc. 12: 7-9) y sus siervos (ver, por ejemplo, Apoc. 12: 1-6), sino que también es descrito como el verdadero gobernante detrás de los reinos terrenales que persiguen al pueblo de Dios a través de los siglos.

El dragón «le dio a la bestia su propio poder y trono y gran autoridad» (Apoc. 13: 2, NTV; compara con Apoc. 13: 517: 1314). A esta bestia del mar «se le dio boca que hablaba arrogancias y blasfemias, y se le dio autoridad para actuar por cuarenta y dos meses» (Apoc. 13: 5).

De este modo, Satanás (el dragón) concede a una bestia (un poder político-religioso terrenal) poder y autoridad para gobernar. Este poder es ejercido con el fin de usurpar el culto debido a Dios. La bestia blasfema contra el nombre de Dios y guerrea contra los santos de Dios, a quienes incluso vence durante cierto tiempo. Esta autoridad y jurisdicción mundiales le son dadas por el dragón, el gobernante usurpador de este mundo.

Sin embargo, hay límites claros impuestos a Satanás y a sus agencias humanas, incluidos los límites temporales. «¡Alégrense por eso, ustedes los cielos! ¡Alégrense ustedes, que los habitan! ¡Pero ay de ustedes, los que habitan la tierra y el mar! El diablo ha llegado a ustedes lleno de ira, porque sabe que le queda poco tiempo» (Apoc. 12: 12, RVC).

Satanás sabe que le queda poco tiempo (Apoc. 12: 12). Además, los acontecimientos descritos en el Apocalipsis se desarrollan a lo largo de líneas temporales proféticas que muestran límites específicos (ver Apoc. 12: 1413: 5) al reinado de estas fuerzas malignas.

Por cierto, Dios triunfa finalmente: «Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron» (Apoc. 21: 4).

Aunque nos resulta difícil percibirlo ahora, finalmente el bien triunfará para siempre sobre el mal. ¿Por qué es tan importante que nunca olvidemos esta maravillosa promesa?

 

Martes, Marzo 04

El caso de Job

En el libro de Job se nos ofrece una visión fascinante acerca de la realidad del Gran Conflicto.

Lee Job 1: 1 al 12 y Job 2: 1 al 7. ¿Qué principios del Gran Conflicto se revelan aquí?

De estos versículos se desprenden muchos detalles significativos. En primer lugar, se presenta una escena de concilio celestial, no un mero diálogo entre Dios y Satanás, ya que hay otros seres celestiales implicados.

En segundo lugar, existe cierta disputa, señalada por el hecho de que Dios pregunta si Satanás ha considerado a Job. ¿Ha considerado a Job para qué? La pregunta tiene sentido en el contexto de una disputa mayor, en curso.

En tercer lugar, mientras que Dios declara a Job irreprochable, recto y respetuoso para con él, Satanás afirma que Job respeta a Dios solamente porque el Señor lo protege. Esto equivale a una calumnia contra el carácter de Job y también contra el de Dios (compara con Apoc. 12: 10Zac. 3).

Cuarto, Satanás alega que la protección de Dios en favor de Job es injusta y hace imposible que Satanás demuestre la veracidad de sus acusaciones. Esto indica que existen algunos límites para Satanás (las reglas del Conflicto) y que este aparentemente ha intentado dañar a Job.

Dios responde a la acusación de Satanás ante el concilio celestial permitiéndole poner a prueba su teoría, pero solo dentro de ciertos límites. Primero le concede a Satanás poder sobre «todo lo que [Job] tiene», pero le prohíbe hacerle daño (Job 1: 12). Más tarde, después de que Satanás afirma que Job solo se preocupa por sí mismo, Dios permite que Satanás aflija físicamente a Job, pero no al punto de quitarle la vida (Job 2: 3-6).

Satanás trae numerosas calamidades sobre la casa de Job, pero este continúa en cada caso bendiciendo el nombre de Dios (Job 1: 20-222: 910), demostrando así la falsedad de las acusaciones de Satanás.

Esto nos enseña que existen reglas en el Conflicto Cósmico. Hay parámetros en la corte celestial dentro de los cuales las acusaciones esgrimidas contra Dios pueden ser resueltas, pero sin que Dios viole los principios sagrados inherentes al amor, el fundamento de su gobierno del universo y de los seres inteligentes en él.

Estas escenas celestiales del libro de Job nos ofrecen una visión fascinante acerca de cuán real es el Gran Conflicto y de cómo se desarrolla aquí en la Tierra.

 

Miércoles, Marzo 05

El gobernante TEMPORAL de este mundo

Vimos en lecciones anteriores que Dios concede una jurisdicción terrenal significativa a Satanás y sus secuaces en el Conflicto Cósmico, pero esta es temporal y está limitada a ciertas reglas de enfrentamiento.

Esas reglas del Conflicto no solo limitan las acciones del Enemigo –el Diablo y sus secuaces–, sino también la acción de Dios para eliminar o mitigar el mal que opera temporalmente en la jurisdicción del Enemigo. Puesto que el Señor siempre es fiel a sus promesas y ha aceptado conceder cierto dominio limitado y temporal al diablo, también ha limitado su propio curso de acción, sin que ello implique una disminución de su poder.

Lee Juan 12: 3114: 3016: 112 Corintios 4: 4; y Lucas 4: 6. ¿Qué enseñan estos textos acerca del gobierno del diablo en el mundo?

El Nuevo Testamento plantea un choque de reinos, el de la luz y el de las tinieblas, originado en Satanás y su rebelión. Parte de la misión de Cristo era derrotar el reino de Satanás: «Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo» (1 Juan 3: 8).

Sin embargo, hay «reglas» que limitan lo que Dios puede hacer a fin de permanecer fiel a los principios de su gobierno. Estos límites incluyen al menos (1) la concesión del libre albedrío a las criaturas y (2) las reglas del Pacto en cuanto al conflicto, que desconocemos por el momento. Tales impedimentos y limitaciones a la acción divina tienen implicaciones significativas para la capacidad moral de Dios de reducir y/o eliminar inmediatamente el mal en este mundo. Así, vemos que el mal y el sufrimiento continúan, lo que de hecho puede hacer que muchas personas cuestionen la existencia de Dios o su bondad. Sin embargo, una vez comprendido el trasfondo del Gran Conflicto y los límites que Dios se ha impuesto para tratar con el mal, podemos hasta cierto punto entender mejor por qué las cosas son como son, hasta el triunfo final de Dios sobre el mal.

¿De qué manera el hecho de que Jesús llame a Satanás el «príncipe» de este mundo nos ayuda a entender la presencia del mal en nuestro planeta? ¡Qué reconfortante es saber que el dominio del mal es solo temporal!

 

Jueves, Marzo 06

Límites y reglas

El Conflicto Cósmico es principalmente una disputa acerca del carácter de Dios, causada por las falsas acusaciones del Diablo contra la bondad, la justicia y el gobierno de Dios. Es una especie de pleito por el Pacto Cósmico.

Un conflicto así no puede resolverse simplemente con poder, sino que requiere una demostración.

Si se presentan acusaciones graves contra una persona que ocupa una posición de poder, la mejor (y quizá la única) manera de tratar con ellas sería permitir una investigación libre, justa y abierta. Si las acusaciones amenazan a todo el gobierno divino basado en el amor, no pueden simplemente barrerse bajo la alfombra.

¿Qué significa todo esto para nuestra comprensión del Conflicto Cósmico y para nuestra interacción correcta con el problema del mal? ¿Puede Dios romper una de sus promesas? Claro que no. En la medida en que Dios acepta o se compromete a actuar de acuerdo con ciertas reglas, su acción está moralmente limitada. En consecuencia, el mal caerá dentro del dominio temporal del reino de las tinieblas.

Lee Marcos 6: 5 y 9: 29. ¿Cómo muestran estos textos que la acción divina puede estar íntegramente relacionada con factores como la fe y la oración?

En ambos relatos parecen existir ciertos límites o reglas de juego relacionados dinámicamente con aspectos como la fe y la oración. En otras partes vemos abundantes pruebas de que la oración marca la diferencia en este mundo al abrir vías para la acción divina que de otro modo no estarían moralmente disponibles. Sin embargo, no debemos cometer el error de pensar que la fe y la oración son los únicos factores. Es probable que haya muchos otros de los que no seamos conscientes.

Esto armoniza con lo que hemos visto anteriormente acerca de las reglas del enfrentamiento entre el bien (Dios) y el mal (el Diablo). Ello explica que puedan ocurrir cosas malas en el dominio temporal del reino de las tinieblas.

Lee Romanos 8: 18 y Apocalipsis 21: 3 y 4. Aunque hay muchas cosas que desconocemos, ¿cómo te ayudan estos textos a confiar en que Dios sabe qué es lo mejor, quiere lo mejor, pondrá fin al mal y dará paso a una dicha eterna?

 

Viernes, Marzo 07

Para estudiar y meditar

Lee la sección titulada «El poder de Satanás» en las páginas 305 a 310 del libro Testimonios para la iglesia, tomo 1, de Elena G. de White.

«El hombre caído es el cautivo legítimo de Satanás. La misión de Cristo consistió en rescatarlo del poder de su gran adversario. El hombre se inclina por naturaleza a seguir las sugestiones de Satanás, y no puede resistir con éxito a un enemigo tan terrible, a menos que Cristo, el poderoso Conquistador, more en él, guíe sus deseos y lo fortalezca. Únicamente Dios puede limitar el poder de Satanás. Este va de aquí para allá por la Tierra, recorriéndola de un lado al otro. Ni por un solo instante está desprevenido, por temor a perder una oportunidad de destruir las almas. Es importante que los hijos de Dios entiendan esto a fin de poder evitar sus trampas.

«Satanás está preparando sus engaños, para que en su última campaña contra el pueblo de Dios este no entienda que se trata de él. “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se transfigura en ángel de luz” (2 Cor. 11: 14). Mientras que algunas almas engañadas sostienen que él no existe, las está llevando cautivas y trabaja extensamente por su medio. Satanás conoce mejor que los hijos de Dios el poder que ellos pueden tener sobre él cuando su fuerza está en Cristo. Cuando el más débil creyente en la verdad solicita humildemente ayuda al poderoso Conquistador, confiando firmemente en Cristo, puede repeler con éxito a Satanás y toda su hueste. El Diablo es demasiado astuto para presentar abierta y audazmente sus tentaciones, porque entonces se despertarían las soñolientas energías del cristiano, y este confiaría en el poderoso Libertador. Pero se presenta inadvertido, y obra por engaño mediante los hijos de desobediencia que profesan la piedad» (Elena G. de White, Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 305).

Preguntas para dialogar:

¿Qué significa ser «cautivo legítimo de Satanás»? ¿Que el diablo puede hacer lo que quiera con las personas? Si tu respuesta es negativa, ¿por qué no? ¿Cómo se relaciona esto con lo que podríamos llamar las «reglas de enfrentamiento» en el Conflicto Cósmico?

¿Por qué concedió Dios una jurisdicción a Satanás en el Conflicto Cósmico, aunque solo sea temporalmente? ¿Qué nos dice esto acerca del modo en que Dios trata de responder a las acusaciones de Satanás?

¿Cómo respondes a quienes, incluso dentro del cristianismo, niegan la existencia de Satanás como un ser real y personal? Aunque no podemos demostrar su existencia, ¿qué evidencias de ella puedes reunir para ayudar a quienes están engañados?

LECCION 11

  • Categoría: LECCION 1 - 2025
  • Publicado el Martes, 25 Marzo 2025 21:07
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Lección 11 Edición Maestros – ¿Qué más pude hacer? – Sábado 15 de Marzo 2025

AdolfoCalsin March 8, 20250 comments

Sábado, Marzo 08

¿Qué más pude hacer?

Lee para el estudio de esta semana

Juan 18: 37Romanos 3: 23–265: 8Isaías 5: 1-4Mateo 21: 33-39Isaías 53: 4Romanos 3: 1-4.

Para memorizar
«Le dijo entonces Pilato: “Luego, ¿eres tú rey?”. Respondió Jesús: “Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”» (
Juan 18: 37).

Hace algunos años fue publicado en la revista Guide un cuento infantil muy perspicaz. La historia se centra en un niño huérfano llamado Denis, quien fue adoptado por una familia en la época medieval. Denis odia apasionadamente al rey de su tierra porque cuando sus padres se enfermaron los soldados del rey se los llevaron y nunca volvió a verlos. Mucho después supo que el rey los separó para evitar que las personas sanas padecieran los horrores de la peste negra. La verdad acerca del rey liberó a Denis del odio que había albergado casi toda su vida. El rey había actuado siempre y en todos los casos por amor a su pueblo.

Hoy, muchas personas ven a Dios como Denis veía al rey. El mal que han presenciado o experimentado los lleva a odiar a Dios o a negar su existencia. ¿Dónde está Dios cuando hay sufrimiento? Si Dios es bueno, ¿por qué existe tanto mal? El Conflicto Cósmico arroja luz sobre esta cuestión crucial, pero quedan muchos interrogantes. Sin embargo, cuando todos nuestros intentos de respuesta no nos satisfacen, podemos mirar a Jesús en la Cruz y ver en él que es posible confiar en Dios a pesar de todas las preguntas que siguen sin respuesta.

 

Domingo, Marzo 09

Cristo, el vencedor

Aunque hay un enemigo en acción al que el propio Cristo se refiere como el usurpador «príncipe de este mundo», el verdadero Rey del universo es Jesucristo. Jesús vence por nosotros, y en él podemos obtener la victoria incluso en medio de las dificultades y el sufrimiento. De hecho, la obra de Cristo contrarresta al Enemigo en todo momento.

Hemos visto que las Escrituras describen al Diablo como:

El engañador del mundo entero desde el principio (Apoc. 12: 9Mat. 4: 3Juan 8: 442 Cor. 11: 31 Juan 3: 8).
El calumniador y acusador de Dios y de su pueblo en el Cielo (Apoc. 12: 10
13: 6Job 1-2Zac. 3: 12Jud. 9).
El gobernante usurpador de este mundo (
Juan 12: 3114: 3016: 11Hech. 26: 182 Cor. 4: 4Efe. 2: 21 Juan 5: 19).

Lee Juan 18: 37. ¿Qué nos dice este texto acerca de la obra de Cristo para contrarrestar los engaños del Enemigo? ¿Qué significa el hecho de que Jesús es Rey?

Aunque las Escrituras enseñan que Satanás es el archiengañador, calumniador, acusador y usurpador gobernante de este mundo, también enseñan que Jesús venció a Satanás en todos los sentidos.

Jesús vino al mundo «para dar testimonio de la verdad» (Juan 18: 37).
Por medio de la Cruz, Jesús demostró de manera suprema la justicia y el amor perfectos de Dios (Rom. 3: 25
265: 8), refutando así las calumnias del Diablo (Apoc. 12: 1011).
Jesús finalmente destruirá el reino del Diablo, quien sabe que le queda poco tiempo (Apoc. 12: 12; compara con Rom. 16: 20), y «reinará por los siglos de los siglos» (Apoc. 11: 15).

En última instancia e independientemente de lo que haga, Satanás ya es un enemigo derrotado. En vista de ello, la clave para nosotros consiste en reclamar cada día, momento a momento, la victoria lograda por Cristo en nuestro favor y las promesas que la Cruz nos ha ofrecido.

Sabemos qué bando resultará victorioso en el Gran Conflicto. ¿Cómo determinan nuestras decisiones cotidianas el bando en que estamos? ¿Cómo podemos asegurarnos de estar del lado vencedor incluso ahora?

 

Lunes, Marzo 10

El que es justo y justifica

La obra de Cristo deshace en todo momento la del Diablo. Según 1 Juan 3: 8, Jesús «vino para destruir las obras del diablo» (1 Juan 3: 8, NTV) y «para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo» (Heb. 2: 14). Sin embargo, la derrota total del dominio del Enemigo ocurre en dos etapas. Primero, Cristo refuta las calumnias de Satanás mediante la obra de la Cruz. Luego, Satanás y su reino serán destruidos.

Lee Romanos 3: 23 al 26 y 5: 8. ¿Qué revelan estos pasajes acerca de la forma en que Cristo demuestra la falsedad de las acusaciones del Diablo?

Como hemos visto, el Enemigo afirma que Dios no es plenamente justo y amoroso. Sin embargo, Dios proveyó en la persona de Cristo la máxima manifestación de la justicia y el amor divinos, y lo hizo por medio de la Cruz.

Después de la muerte de Jesús, «Satanás vio que su disfraz le había sido arrancado. Su administración quedaba desenmascarada delante de los ángeles que no habían caído y delante del universo celestial. Se había revelado como homicida. Al derramar la sangre del Hijo de Dios, había perdido la consideración de los seres celestiales» (Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes, p. 722).

Lee Apocalipsis 12: 10 al 12 a la luz de Génesis 3: 15. ¿Cómo arroja luz este pasaje sobre el significado cósmico de la victoria de Cristo en la Cruz?

La historia de la Redención provee abundantes evidencias de que podemos confiar en que Dios siempre obra para que lo bueno finalmente ocurra en favor de todos los implicados. El Dios de las Escrituras siempre hace lo bueno y preferible con los medios de que dispone en medio del Gran Conflicto (Gén. 18: 25Deut. 32: 41 Sam. 3: 18Sal. 145: 17Dan. 4: 37Hab. 1: 13Apoc. 15: 3).

¿Por qué es tan importante que en el Conflicto Cósmico se demuestre que Dios se caracteriza por la justicia y el amor? Cuando reflexionas acerca de la Cruz y de todas las obras de Dios en el Plan de Redención, ¿cómo te ayudan las obras de Dios a confiar en su amor, incluso en medio de las dificultades y el sufrimiento?

 

Martes, Marzo 11

El cántico de mi amado

Dios ha manifestado asombrosamente su amor y su justicia en medio del Conflicto Cósmico. Sin embargo, algunos podrían preguntarse: ¿Debería Dios haber hecho más de lo que hizo para prevenir y/o eliminar el mal? Como hemos visto, el trasfondo del Conflicto Cósmico muestra el respeto de Dios por el libre albedrío necesario para que pudiera existir una relación de amor perfecta entre él y la humanidad. Además, Dios se ciñó a ciertas limitaciones morales o reglas de enfrentamiento en el contexto de una disputa cósmica acerca de su carácter, algo que solo puede resolverse mediante la demostración de su amor.

Lee Isaías 5: 1 al 4. ¿Quién habla en estos versículos? ¿De quién habla Isaías? ¿A quiénes representan la viña y el viñador? ¿Qué significan las acciones del viñador en favor de la viña? ¿Cuál es el resultado?

En estos versículos, Isaías canta una canción acerca de su amada, caracterizada como una viña. El dueño de la viña es Dios mismo, y la viña representa al pueblo de Dios (ver, por ejemplo, Isa. 1: 8Jer. 2: 21). Pero las implicaciones pueden aquí ampliarse e incluir la obra de Dios en el mundo. Según estos versículos, el dueño de la viña (Dios) hizo todo lo que razonablemente cabía esperar para asegurar el florecimiento de su viña. Esta debería haber producido buenas uvas, pero solo produjo «uvas silvestres», que otras traducciones denominan «sin valor». De hecho, la expresión hebrea así traducida significa literalmente «fruto apestoso». En otras palabras, la viña de Dios produjo uvas podridas.

En Isaías 5: 3, Dios mismo invita a las personas a «juzgar» entre él y su viña. Y en Isaías 5: 4, él plantea la pregunta más importante: «¿Qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diera uvas buenas, ha dado uvas silvestres?». ¿Qué más pudo hacer? ¡Cuán asombroso es que incluso pida a otros que evalúen lo que hizo!

Cuando contemplamos la Cruz, donde Dios se ofreció a sí mismo como sacrificio por nuestros pecados, ¿cómo adquieren sus palabras («¿qué más se podía hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella?») un significado asombroso?

 

Miércoles, Marzo 12

La parábola de Cristo acerca de la viña

En la parábola de Mateo 21 acerca del dueño de la viña, Jesús retoma el relato donde lo dejó Isaías 5 y arroja luz adicional sobre el carácter y las acciones del viñador en favor de su viña.

Lee Mateo 21: 33–39 teniendo en mente la pregunta de Isaías 5: 4. ¿Qué más se podría haber hecho por la viña que no se haya hecho antes?

La primera parte de la parábola de Cristo cita directamente el canto de Isaías 5 acerca del viñador y su viña. Jesús añade luego que el dueño de la viña la «arrendó a unos labradores y se fue lejos» (Mat. 21: 33). Pero, cuando el dueño de la viña envió dos veces a sus siervos (los profetas) a recoger el producto, quienes arrendaban su viña golpearon y mataron a sus siervos (Mat. 21: 34-36). Finalmente, envió a su Hijo (Jesús) pensando: «Tendrán respeto a mi hijo» (Mat. 21: 37). Pero también asesinaron a su Hijo después de decir: «“Este es el heredero. Vamos a matarlo, y así nos quedaremos con su herencia”. Entonces, lo sacaron de la viña y lo mataron» (Mat. 21: 3839, RVC).

¿Qué más podía Dios hacer? El Padre nos amó tanto que dio a su Hijo amado (Juan 3: 16). Si el Conflicto Cósmico es del tipo sugerido aquí, no podría resolverse prematuramente mediante el ejercicio del poder divino, sino que requeriría primero una demostración pública del carácter de Dios. Esta demostración ha sido expuesta en última instancia en la obra de Cristo (Rom. 3: 25265: 8). ¿Qué más podemos pedir después de que Dios se entregó a sí mismo en Cristo para morir por nosotros para poder así justificarnos sin comprometer en modo alguno su justicia y su amor perfectos?

La Cruz demuestra que Dios hizo todo lo posible para mitigar y eliminar el mal, pero sin destruir el contexto necesario para el florecimiento del amor genuino. Si Dios hubiese dispuesto de una alternativa preferible, ¿no la habría elegido? Aunque las personas sufren mucho a causa del Conflicto Cósmico, Dios es quien más sufre. Cuando miramos a la Cruz, podemos, en efecto, ver el sufrimiento y el dolor que el pecado ha producido a Dios mismo. Sin embargo, tan sagrada era la libertad inherente al amor que Cristo estuvo dispuesto a soportarlo todo para nuestro bien.

Lee Isaías 53: 4. ¿De quiénes eran las «enfermedades» y los «dolores» que Cristo cargó en la Cruz? ¿Qué nos dice esto acerca de lo que Dios ha hecho por nosotros y de lo que le ha costado nuestra salvación?

 

Jueves, Marzo 13

La vindicación del nombre de Dios

En última instancia, el nombre de Dios resulta plenamente vindicado. Mediante la obra del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en el Plan de Redención, la justicia y el amor perfectos de Dios se manifiestan más allá de toda duda razonable (ver Rom. 3: 25265: 8).

Lee Romanos 3: 1 al 4 a la luz de Isaías 5: 3 y 4. ¿Qué enseña esto acerca de la vindicación de Dios en el Conflicto Cósmico?

En Romanos 3 e Isaías 5, vemos que Dios invita, en un sentido limitado, a sus criaturas a juzgar su carácter, aunque no tengamos derecho ni estemos en posición de hacerlo. Al final, cuando todos los «libros» sean abiertos, veremos la evidencia de que Dios es perfectamente justo y recto. Él quedará vindicado ante toda la Creación inteligente.

Lee Apocalipsis 15: 3 y 19: 1 al 6. ¿Qué enseñan estos pasajes sobre la vindicación final del nombre de Dios?

A lo largo de las Escrituras, Dios muestra preocupación por su nombre. ¿Por qué? No puedes tener una relación de amor profundo con alguien cuyo carácter detestas o en quien no confías. Si alguien dijera a tu cónyuge o a tu futuro cónyuge horribles mentiras acerca de tu carácter, harías lo que fuera necesario para contrarrestar tales afirmaciones, pues si son creídas pondrán fin a tu relación de amor.

En última instancia, Dios resulta vindicado en la Cruz y a través de todo el Plan de Redención. En el juicio previo al Advenimiento, Dios es vindicado ante el universo.

Luego, en el juicio posterior al Advenimiento, durante el cual los redimidos incluso juzgarán a los ángeles (1 Cor. 6: 23), Dios también será vindicado, ya que los redimidos habrán tenido la oportunidad de revisar los registros y ver por sí mismos por qué Dios actuó como lo hizo, y que todas las decisiones de Dios fueron siempre perfectamente justas y amorosas. Todos tenemos muchas preguntas que necesitan respuestas. Antes de que todo termine, esas preguntas serán contestadas (ver 1 Cor. 4: 5).

Finalmente, toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Señor (Fil. 2: 1011). Todo esto es parte de la vindicación del carácter de Dios.

 

Viernes, Marzo 14

Para estudiar y meditar

Lee la sección titulada «La recompensa del esfuerzo ferviente» en las páginas 227 a 229 del libro Testimonios para la iglesia, tomo 9, de Elena G. de White.

«Todo lo que nos dejó perplejos en las providencias de Dios quedará aclarado en el mundo venidero. Las cosas difíciles de entender hallarán entonces su explicación. Los misterios de la gracia nos serán revelados. Donde nuestras mentes finitas discernían solamente confusión y promesas quebrantadas, veremos la más perfecta y hermosa armonía. Sabremos que el amor infinito ordenó los incidentes que nos parecieron más penosos. A medida que comprendamos el tierno cuidado de aquel que hace que todas las cosas obren conjuntamente para nuestro bien, nos regocijaremos con gozo inefable y rebosante de gloria» (Elena G. de White, Testimonios para la iglesia, t. 9, p. 227).

Preguntas para dialogar:

¿Te has sentido perplejo por las intervenciones providenciales de Dios? ¿Te consuela saber que resultarán claras finalmente?

Reflexiona acerca de lo que Cristo debió abandonar para hacerse hombre y morir por este mundo. ¿Qué dice eso acerca del amor de Dios y de si es digno de confianza? ¿Acaso pudo hacer algo más?

¿Qué tiene de importante el «nombre» de Dios? ¿Qué implica esto para quienes nos identificamos como cristianos? ¿De qué manera los cristianos han desacreditado a veces el nombre de Cristo? ¿Qué podemos hacer donde vivimos para demostrar a las personas lo que significa seguir a Cristo?

Incluso nuestras mejores «respuestas» al problema del mal son incompletas por ahora. ¿Qué podemos hacer en la práctica para acercarnos a quienes sufren y aliviar el dolor que existe en el mundo mientras esperamos la solución final y escatológica que solo Dios puede dar al problema del mal?

Reflexiona acerca del hecho de que Cristo llevó nuestras «enfermedades» y «dolores» según Isaías 53: 4. ¿Qué ocurrió corporalmente en la Cruz que nos ayude a comprender el Plan de Salvación y lo que nuestra salvación costó a Dios?

 

LECCION 9

  • Categoría: LECCION 1 - 2025
  • Publicado el Martes, 25 Marzo 2025 21:04
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Lección 9 Edición Adultos: – El Conflicto Cósmico – Para el 01 de Marzo de 2025, (1er Trimestre)

AdolfoCalsin February 22, 20250 comments

Sábado, Febrero 22

El Conflicto Cósmico

Lee para el estudio de esta semana

Mateo 13: 24-27Génesis 1: 31Ezequiel 28: 12-19Isaías 14: 12-15Mateo 4: 1-11Juan 8: 4445.

Para memorizar
«Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón» (Gén. 3: 15).

El gran conflicto entre Cristo y Satanás está en el centro de la teología bíblica. Aunque la idea de un conflicto cósmico entre Dios y las criaturas celestiales que han caído y se han rebelado contra él es un tema destacado de las Escrituras (Mat. 13: 24-3037-39Apoc. 12: 7-10) y también prevalece en gran parte de la tradición cristiana, muchos cristianos la han rechazado o descuidado por completo.

Sin embargo, desde una perspectiva bíblica, el tema de un conflicto cósmico en el que el Reino de Dios se opone al Diablo y sus ángeles, no es algo que podamos descuidar sin perder la esencia misma de las narraciones bíblicas. Por ejemplo, los Evangelios contienen numerosas referencias al Diablo y a los demonios que se oponen a Dios.

Para empezar nuestro estudio correspondiente a esta semana, abordaremos cómo se podría responder a las siguientes dos preguntas sobre la base de algunos pasajes bíblicos cruciales:

¿Dónde enseña la Escritura que existe un conflicto cósmico entre Dios y Satanás?
¿Cuál es la naturaleza de ese conflicto, según las Escrituras?

 

Domingo, Febrero 23

Un enemigo hizo esto

Lee Mateo 13: 24 al 27. ¿Cómo nos ayuda esa parábola a entender la existencia del mal en nuestro mundo?

Jesús cuenta la historia de un agricultor que siembra solo semillas buenas en su campo. Sin embargo, la cizaña brota entre el trigo. Al ver esto, los criados del propietario le preguntan: «Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo, pues, tiene cizaña?» (Mat. 13: 27). Esto se asemeja a la pregunta que se oye a menudo acerca del problema del mal: Si el mundo era perfecto cuando salió de las manos de Dios, ¿por qué hay maldad en él?

Lee Mateo 13: 28 al 30 a la luz de la explicación de Cristo en Mateo 13: 37 al 40. ¿Cómo ilumina esto la naturaleza del Conflicto Cósmico?

El amo responde a la pregunta de su criado: «Un enemigo ha hecho esto» (Mat. 13: 28). Más adelante, Jesús identifica al «que siembra la buena semilla» como «el Hijo del hombre», que es el propio Jesús (Mat. 13: 37), y explica que «el campo es el mundo» (Mat. 13: 38), y que el «enemigo» que sembró la cizaña es «el diablo» (Mat. 13: 39), describiendo explícitamente un conflicto cósmico entre Cristo y Satanás. ¿Por qué existe el mal en el mundo? El mal es el resultado del enemigo (el Diablo) que se opone al amo. «Un enemigo ha hecho esto» (Mat. 13: 28).

Esta respuesta, sin embargo, provoca la siguiente pregunta: «¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?». En otras palabras, ¿por qué no desarraigar el mal inmediatamente? El amo dijo entonces: «No, porque al arrancar la cizaña podrían también arrancar el trigo. Dejen que crezcan lo uno y lo otro hasta la cosecha. Cuando llegue el momento de cosechar, yo les diré a los segadores que recojan primero la cizaña y la aten en manojos, para quemarla, y que después guarden el trigo en mi granero» (Mat. 13: 2930, RVC; compara con Mar. 4: 29). Según la parábola, Dios acabará finalmente con el mal, pero desarraigarlo antes de tiempo provocaría daños colaterales irreversibles que perjudicarían al bien.

¿Cuáles son los riesgos de arrancar ahora la cizaña que está en medio del trigo? Al mismo tiempo, ¿por qué el hecho de no arrancarla no significa que debamos ser indiferentes ante el mal?

 

Lunes, Febrero 24

El origen del conflicto en la tierra

Existe otro interrogante que es paralelo al de la parábola (por qué hay cizaña en el campo si el dueño plantó solo semillas buenas): Si Dios creó el mundo completamente bueno, ¿cómo surgió aquí el mal?

Lee Génesis 1: 31. ¿Qué revelan las palabras de Dios acerca de la Creación cuando Dios la terminó, y por qué es importante la respuesta a esta pregunta?

Según Génesis 1: 31, el mundo era «bueno en gran manera» cuando Dios lo creó. En Génesis 1 no hay ningún indicio de maldad en la creación de este planeta por parte de Dios. ¿Cómo, entonces, llegó el mal a la experiencia humana?

Lee Génesis 3: 1 al 7. ¿Qué nos dice esto acerca de cómo llegó el mal a la Tierra? ¿Qué luz arroja eso sobre la naturaleza del Conflicto Cósmico? (Ver también Apoc. 12: 7-9).

En este relato vemos mentiras dichas por la serpiente (la «serpiente antigua» de Apoc. 12: 7 al 9, identificada aquí como el Diablo mismo) acerca del carácter de Dios. La serpiente primero utiliza una pregunta para poner en duda el mandato de Dios, casi invirtiendo en esa pregunta el orden de lo que Dios había ordenado. Luego desafía directamente lo que Dios había dicho, asegurando a Eva: «No moriréis» (Gén. 3: 4).

Alguien, la serpiente o Dios, mintió a Eva, quien ahora debe decidir a quién creerá.

Aquí y en otras partes de la Escritura, la naturaleza de este conflicto tiene que ver principalmente con qué y a quién creer, lo que en sí mismo está integralmente relacionado con el amor. Ello se debe a que nuestro concepto acerca de alguien (qué clase de persona es y si se puede confiar en ella) influye profundamente en nuestra decisión de amar y confiar en ella y, en ese caso, de escucharla y aceptar lo que nos diga.

Lee Génesis 3: 15. La declaración hecha por Dios a la serpiente de que el Descendiente de la mujer, refiriéndose al Mesías, aplastaría la cabeza de la serpiente es identificada a menudo como el primer Evangelio (o Protoevangelio) de las Escrituras. ¿Cómo refuerza esto la realidad del Conflicto y, al mismo tiempo, nos da esperanza en medio de él?

 

Martes, Febrero 25

El origen del conflicto en el cielo

Génesis 1 al 3 demuestra que el mal existía antes de la caída de Adán y Eva. Aunque el mal no era una realidad concreta en el Edén, conceptualmente, el «mal» ya había aparecido en el nombre del «árbol del conocimiento del bien y del mal» (Gén. 2: 917). Luego, la serpiente (el Diablo) acusó a Dios de mentir cuando era él quien mentía. La existencia de la serpiente (Apoc. 12: 9) junto con su mentira muestran la realidad de la existencia del mal allí. Por lo tanto, la presencia del mal es manifiesta incluso en el Edén y antes de la Caída.

Lee Ezequiel 28: 12 al 19 a la luz de Éxodo 25: 19 y 20. ¿Cuál es la naturaleza de la caída de este ser?

Según este pasaje, el origen del mal y del Conflicto Cósmico comenzó en el Cielo.

Antes de caer, el ser que llegó a ser conocido como Satanás era un querubín, o ángel protector. Además de ser identificado como un querubín, era «el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y de acabada hermosura», y estaba «en el Edén, en el huerto de Dios» (Eze. 28: 1213). Ninguna de estas cosas podría decirse del rey de Tiro ni de ningún otro ser humano. Por lo tanto, sabemos que en ese texto se describe la caída de Lucifer.

Lee Isaías 14: 12 al 15. ¿Qué luz adicional arroja esto sobre el origen del Gran Conflicto?

Según Isaías 14, Lucifer decidió exaltarse y hacerse semejante a Dios. Este versículo complementa lo que vimos en Ezequiel 28, donde se dice que «se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura» (Eze. 28: 17), lo que debería haberlo llevado a glorificar al Dios que lo hizo hermoso. En cambio, se volvió orgulloso. Peor aún, ese orgullo lo condujo a pretender ocupar el lugar de Dios y a calumniarlo. La expresión hebrea traducida como «trato comercial» en Ezequiel 28: 16 también significa «calumnia», una indicación de cómo Satanás opera contra Dios y contra nosotros.

¿Cómo entendemos el hecho de que Lucifer, quien cayó, era originalmente «perfecto» desde el momento en que había sido creado «hasta que se halló […] maldad» en él (Eze. 28: 15)? ¿Cómo podría un ser perfecto caer a menos que su perfección incluyera la libertad moral, o libre albedrío?

 

Miércoles, Febrero 26

Si me adoras

El afán de Satanás por usurpar el Trono de Dios también se revela en los relatos de Mateo 4 y Lucas 4 acerca de las tentaciones de Jesús. En el sorprendente encuentro entre Jesús y el Tentador, se revela mucho acerca de la naturaleza del Conflicto. Aquí vemos la realidad del gran conflicto entre Cristo y Satanás, pero representada en términos crudos y gráficos.

Lee Mateo 4: 1 al 11. ¿Cómo se revela aquí la realidad del gran conflicto entre Cristo y Satanás?

El Espíritu había «llevado» a Jesús al desierto con el propósito expreso de que Jesús fuera «tentado por el diablo» (Mat. 4: 1). Y, antes de afrontar este encuentro, Jesús ayunó durante cuarenta días. Cuando el Diablo llegó, tentó a Jesús para que convirtiera las piedras en pan, tratando así de aprovechar el hambre extrema de Jesús. Pero el Señor respondió a esta tentación con las Escrituras, y la estratagema de Satanás fracasó.

Luego, en un intento de hacer que Jesús actuara presuntuosamente, el Diablo lo tentó a arrojarse desde el pináculo del Templo. Satanás tergiversó las Escrituras para sugerir que, si Jesús era realmente el Hijo de Dios, los ángeles lo protegerían. Pero, interpretando correctamente la Escritura, Jesús vuelve a contrarrestar la tentación.

La tercera tentación revela claramente lo que el Diablo está tratando de lograr. Quiere que Jesús lo adore. Satanás intenta esta vez usurpar la adoración que solo se debe a Dios. Y, para hacerlo, muestra a Jesús «todos los reinos del mundo y la gloria de ellos» y luego afirma: «Todo esto te daré, si postrado me adoras» (Mat. 4: 89). De hecho, en Lucas 4: 6, un texto paralelo al de Mateo, el Diablo afirma: «A ti te daré todo el poder de estos reinos y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada y a quien quiero la doy» (Luc. 4: 6). Una vez más, Jesús contrarresta la tentación con las Escrituras, y de nuevo Satanás fracasa.

En los tres casos, Jesús utilizó las Escrituras para defenderse de los ataques del Enemigo.

Efesios 6: 12 nos recuerda que «no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes». Aunque no deberíamos vivir con temor, ¿por qué debemos recordar siempre la realidad de la lucha que se libra a nuestro alrededor?

 

Jueves, Febrero 27

La naturaleza del conflicto cósmico

Hemos visto algunos pasajes que revelan un conflicto cósmico entre Dios y Satanás. Pero ¿cómo es posible tal conflicto? ¿Cómo podría alguien oponerse al Dios omnipotente? Si el Conflicto Cósmico fuera una mera cuestión de poder, habría terminado antes de empezar. Debe, pues, ser de otro tipo. De hecho, las Escrituras revelan que el Conflicto es una disputa en torno al carácter de Dios, un conflicto acerca de acusaciones difamatorias hechas por el Diablo contra Dios en el sentido de que, entre otras cosas, el Señor no es totalmente bueno y amoroso. Tales afirmaciones no pueden ser contrarrestadas mediante el poder o la fuerza, sino comparando los dos caracteres en pugna.

«En su actitud para con el pecado, Dios no podía sino obrar con justicia y verdad. Satanás podía hacer uso de armas de las cuales Dios no podía valerse: la lisonja y el engaño. Satanás había tratado de falsificar la Palabra de Dios y había representado de un modo falso su plan de gobierno ante los ángeles, sosteniendo que Dios no era justo al imponer leyes y reglas a los habitantes del cielo; que al exigir de sus criaturas sumisión y obediencia, solo estaba buscando su propia gloria. Por eso debía ser puesto de manifiesto ante los habitantes del cielo y ante los de todos los mundos, que el gobierno de Dios era justo y su ley perfecta. Satanás había dado a entender que él mismo trataba de promover el bien del universo. Todos debí­an llegar a comprender el verdadero carácter del usurpador y el propósito que lo animaba. Había que dejarle tiempo para que se diera a conocer por sus actos de maldad» (Elena G. de White, El conflicto de los siglos, p. 488).

Lee Juan 8: 44 y 45 a la luz de Apocalipsis 12: 7 al 9. ¿Qué revelan estos pasajes acerca del carácter del Diablo y su estrategia?

El plan del Diablo ha sido desde el principio hacer creer a los seres humanos que Dios no es realmente justo y amoroso, y que su Ley es opresiva y perjudicial para ellos. No es de extrañar que Jesús se refiriera al Diablo como «mentiroso y padre de mentira» (Juan 8: 44). Por el contrario, Jesús vino para «dar testimonio de la verdad» (Juan 18: 37) y contrarrestar las mentiras y las calumnias de Satanás, para derrotar y, en última instancia, destruir al Diablo y su poder (1 Juan 3: 8Heb. 2: 14).

Apocalipsis 12: 9 y 10 identifica a Satanás como (1) la «serpiente antigua», (2) como el que en la corte celestial acusa al pueblo de Dios, y (3) como el dragón gobernante que engaña al mundo. La palabra griega traducida como «diablo» significa simplemente «calumniador», mostrando una vez más que la naturaleza del Conflicto tiene que ver con creencias, incluyendo creencias acerca del carácter de Dios.

 

Viernes, Febrero 28

Para estudiar y meditar

Lee el capítulo titulado «El origen del mal y del dolor» en las páginas 483 a 494 del libro El conflicto de los siglos, de Elena G. de White.

«Nada se enseña con mayor claridad en las Sagradas Escrituras que el hecho de que Dios no fue en nada responsable de la introducción del pecado en el mundo, y de que no hubo retención arbitraria de la gracia de Dios, ni error algu­no en el gobierno divino que dieran lugar a la rebelión. El pecado es un intruso, y no hay razón que pueda explicar su presencia. Es algo misterioso e inexplicable; excusarlo equivaldría a defenderlo. […] De haber sido este [Lucifer] aniquilado inmediatamente, aquellos [los ángeles leales] habrían servido a Dios por miedo más que por amor. La influencia del seductor no habría quedado destruida del todo, ni el espíritu de rebelión habría sido extirpado por completo. Para bien del universo entero a través de las edades sin fin, era preciso dejar que el mal llegase a su madurez, y que Satanás desarrollase más completamente sus principios, a fin de que todos los seres creados reconociesen el verdadero carácter de los cargos que arrojara él contra el gobierno divino y a fin de que quedaran para siempre incontrovertibles la justicia y la misericordia de Dios, así como el carácter inmutable de su ley» (Elena G. de White, El conflicto de los siglos, pp. 484, 489).

Preguntas para dialogar:

Muchos se preguntan cómo una criatura sin pecado como Lucifer pudo pecar. ¿Por qué el pecado es tan «misterioso» e «inexplicable»? ¿Cómo explicar este primer pecado sin excusarlo ni justificarlo? Es decir, ¿por qué explicar su origen sería lo mismo que justificarlo?

¿Por qué Dios no borró a Satanás de la faz del universo? ¿Por qué «era preciso dejar que el mal llegase a su madurez»? ¿En qué sentido es esa madurez «para el bien del universo entero a través de las edades sin fin»?

¿Por qué es tan importante comprender que el conflicto entre Dios y Satanás no es una cuestión meramente de poder sino una controversia de otro tipo? ¿Por qué un conflicto en relación con el carácter es más significativo que uno en torno al mero poder?

¿Cómo entender la naturaleza del Conflicto nos revela, por así decirlo, que nuestra propia vida puede ser un reflejo en miniatura del Conflicto Cósmico? ¿Cómo estás experimentando la realidad de ese conflicto? ¿Cómo deberías responder para mostrar de qué lado estás realmente?