LECCION 11
- Categoría: LECCION 3-2023
- Publicado el Jueves, 07 Septiembre 2023 20:32
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![]() Libro de Efesios Introducción 1 2 3 4 5 6 | Lección 11: Para el 9 de septiembre de 2023 PRACTIQUEMOS LA LEALTAD SUPREMA A CRISTO ![]() Sábado 2 de septiembre |
ESTUDIOS DIARIOS |
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Diálogo Bíblico | Mat. Damas | Mat. Adultos | Para Maestros |
Complementario |
Introducción | Apoyo Power Point |
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LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Efesios 6:1–9; Marcos 10:13–16; Colosenses 3:21; 1 Pedro 2:18–25; 2 Corintios 5:10; Colosenses 3:24, 25.
PARA MEMORIZAR:
“Y ustedes, amos, hagan con ellos lo mismo. Dejen las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y de ustedes está en el cielo, y no hace acepción de per- sonas” (Efe. 6:9).
En 2018, un objeto del Museo de la Biblia en Washington, D.C. atrajo mucho la atención. Era un compendio de la Biblia pensado para enseñar lo esencial de la fe, aunque eliminaba cualquier pasaje que incitara a la rebelión de los esclavos. Publicado en 1808, el texto no elimina simplemente un pasaje aquí o allá. Falta el noventa por ciento del Antiguo Testamento y el cincuenta por ciento del Nuevo Testamento. De los 1.189 capítulos de la Biblia, solo quedan 232.
Los pasajes que aparentemente refuerzan la institución de la esclavitud, especialmente ante la falta de gran parte de las “buenas nuevas” en la narra- ción bíblica, se dejaron completamente intactos, incluyendo textos a menudo mal utilizados como: “Siervos, obedezcan a sus amos terrenales con respeto y temblor, con sincero corazón, como a Cristo” (Efe. 6:5).
Hoy, en nuestra época y cultura, nuestro mayor desafío es leer Efesios 6:1 al 9
en el contexto de toda la historia de la salvación, como se revela en toda Biblia.
¿Qué podemos aprender al observar cómo Pablo aplica los valores del evangelio a las estructuras sociales defectuosas de su época?
Comentarios Elena G.W.
Los requerimientos de los padres deben ser siempre razonables; Deben expresar bondad, no por una negligencia insensata, sino por una sabia dirección. Han de enseñar a sus hijos en forma agradable, sin reñir ni censurarlos, procurando ligar consigo el corazón de los pequeñuelos con sedasas cuerdas de amor…
La influencia de la autoridad y el amor equilibradamente combinados permitirán mantener con firmeza y bondad las riendas de la disciplina familiar. La mirada puesta en la gloria de Dios y en lo que nuestros niños le deben a él nos librará de la negligencia y la condescendencia con el mal (La fe por la cual vivo, p. 268).
Dios ve el corazón y el carácter de los hombres cuando ellos mismos no se dan cuenta exacta de su propia condición. Él sabe que su obra y su causa sufrirán si no se corrigen los errores que existen en ellos sin que los adviertan y, por lo tanto, sin que los corrijan. Cristo nos llama sus siervos si hacemos lo que nos manda. A cada cual se le asigna su esfera particular, su lugar de trabajo, y Dios no requiere nada más ni nada menos, tanto del más humilde como del más grande, que el pleno cumplimiento de su vocación. No nos pertenecemos a nosotros mismos. Por gracia hemos llegado a ser siervos de Cristo. Hemos sido adquiridos por la sangre del Hijo de Dios (Cada día con Dios, p. 164).
El Señor está familiarizado con nosotros individualmente. A cada ser nacido en el mundo le es señalada su obra, con el propósito de que prepare un mundo mejor… Cada uno tiene su círculo [de acción], y si el agente humano hace de Dios su consejero, entonces no estará trabajando con multas. opuestos a los de Dios. Él destina a cada uno un lugar y un trabajo, y si individualmente nos sometemos para ser preparados por el Señor, no importa cuán confusa e intrincada pueda parecer la vida a nuestros ojos, Dios tiene un propósito en todo ello, y la maquinaria humana, obediente bajo la mano de la sabiduría divina, cumplirá los propósitos de Dios.
Así como en un bien disciplinado ejército cada soldado tiene su puesto señalado y se le requiere que cumpla su parte en la contribución a la fortaleza y perfección del todo, de la misma manera el obrero de Dios debe realizar su parte señalada en la gran obra de Dios...
Nuestro Padre celestial es nuestro Dirigente y debemos algunos a su disciplina. Somos miembros de su familia. Tiene derecho a nuestro servicio, y si uno de los miembros de su familia persistiera en seguir su propio camino, y se empeñara en hacer solo lo que le placiera, entonces ese espíritu produciría un estado de cosas confuso y desordenado. No debemos hacer planes para seguir nuestra propia senda, sino la senda y la voluntad de Dios.
Hable Dios, y diremos: “No se haga mi voluntad, sino la tuya” (En los lugares celestiales, p. 230).
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CONSEJOS PARA LOS HIJOS
¿Qué consejo da Pablo a los hijos y cómo fundamenta ese consejo con el Antiguo Testamento? Efesios 6:1 al 3. (Ver también Mat. 18:1–5, 10;
Mar. 10:13–16).
Para apreciar plenamente el consejo de Pablo a los hijos, debemos visua- lizar que su carta se leía en los hogares-iglesias de la próspera metrópoli de Éfeso. La palabra “hijos” (griego, ta tekna) podía referirse a un amplio rango de edades, ya que los hijos permanecían bajo la autoridad del padre hasta que el padre cumplía sesenta años (en la tradición griega) o hasta su muerte (en la romana). No obstante, estos hijos son lo suficientemente jóvenes como para estar bajo la educación de los padres (Efe. 6:4) , pero lo suficientemente mayores como para ser discípulos por derecho propio.
Escuchamos que Pablo apela a los hijos de quienes adoraban en las congregaciones cristianas a obedecer y honrar a sus padres “en el Señor”; es decir, en Cristo (comparar con Efe. 5:22; 6:4, 5, 7–9). Aquí se nos insta a respetar a los hijos como discípulos de Cristo y a incluirlos como participantes activos en la adoración. Esto hace que este pasaje sea fundamental para la crianza y para el ministerio con los niños.
El mandato de Pablo de obedecer no es absoluto. Cuando las ordenanzas de los padres “contradigan lo que Cristo requiere, entonces, por doloroso que sea, deben obedecer a Dios y confiarle las consecuencias” (El hogar cristiano, p. 252).
Pablo termina su exhortación a los hijos citando el quinto Mandamiento, que da testimonio del elevado valor que otorga a los Diez Mandamientos como fuente de orientación para los creyentes cristianos (una característica obvia de Efe. 4:1 –6:9; especialmente Efe. 4:25, 28; 5:3–14). Comienza a citar (“ ‘Honra a tu padre y a tu madre’ ”, Efe. 6:2), introduce un comentario editorial (“que es el primer mandamiento con promesa”, Efe. 6:2), y luego termina la cita (“ ‘para que te vaya bien y vivas largo tiempo sobre la tierra’ ”, Efe. 6:3). El quinto Mandamiento atestigua que honrar a los padres forma parte del plan de Dios para que los seres humanos prosperen. El respeto por los padres, por imperfectos que estos sean, contribuirá a fomentar la salud y el bienestar.
¿Cómo refuerzan estos versículos la importancia de las relaciones familiares?
Comentarios Elena G.W.
Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre ya tu madre, que es el primer mandamiento con promesa. Efesios 6:1, 2 .
El apóstol amonesta a los hijos a obedecer a sus padres en el Señor, a ayudarlos ya estarles sujetos. Los que verdaderamente aman a Dios no lucharán por seguir su propio camino trayendo así infelicidad a sí mismos ya otros. Lucharán para representar a Cristo en carácter. ¡Cuán precioso es el pensamiento de que los jóvenes que luchan contra el pecado, que creen, que esperan y velan por la aparición de Cristo, que se sujetan a la autoridad de los padres, y que aman al Señor Jesús, estarán entre aquellos que ¡Aman su venida y que lo encontrarán en paz! Estarán sin mancha o arrugarán ante el trono de Dios y gozarán para siempre de su favor. Han formado hermosos personajes, han cuidado su habla, no han hablado falsamente, han cuidado sus actos para no cometer nada malo, y son coronados de vida eterna (En los lugares celestiales, p. 218).
Recordad que los hijos tienen derechos que deben ser respetados.
Los niños tienen derechos que sus padres deben reconocer y respetar. Tienen derecho a recibir una educación y preparación que los miembros útiles de la sociedad, respetados y amados aquí, y les darán idoneidad moral para la sociedad de los santos y puros en la vida venidera. Debe enseñarse a los jóvenes que su bienestar presente y futuro depende en gran medida de los hábitos que adquieran en la niñez y la juventud. Deben acostumbrarse temprano a la sumisión, la abnegación y la consideración por la felicidad ajena. Debe enseñárseles a subyugar el genio vivo, a retener las palabras coléricas ya manifestar invariablemente bondad, cortesía y dominio propio (El hogar cristiano, pp. 275, 276).
Los que cultivan el amor en la vida del hogar formarán caracteres a semejanza del carácter de Cristo y estarán constreñidos a ejercer una influencia ayudadora más allá del círculo familiar, a fin de que puedan bendecir a otros mediante obras bondadosas, bien pensadas, mediante palabras amables. , mediante simpatía cristiana, mediante actos de benevolencia. Serán prontos para discernir a aquellos cuyo corazón está hambriento, y prepararán un festín para los necesitados y afligidos. Los que tienen discernimiento celestial, que ejercen una tierna preocupación por cada miembro de la familia, al cumplir con todo su deber, se capacitarán para hacer una obra que iluminará a otros hogares y enseñará a otros por precepto y ejemplo qué es lo que hará feliz el hogar.
Por su sabiduría y justicia, por la pureza y bondad de sus vidas diarias, por su devoción a los intereses del pueblo, aunque era idólatra, José y Daniel demostraron ser fieles a los principios de la educación recibida en su niñez, fieles a Aquel de quienes eran representantes (El ministerio de la bondad, págs. 315, 316).
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Lunes 4 de septiembre
CONSEJOS PARA LOS PADRES
Compara Efesios 6:4 con Colosenses 3:21. ¿Qué motivación ofrece Colosenses 3:21. para evitar irritar a los hijos?
Sirácides, un documento judío disponible en la época de Pablo, aconseja a los padres acerca del trato con los hijos: “El que ama a su hijo no le escatima los azotes” [...]. ¿Quieres mimar a tu hijo? Un día te hará temblar; juguetea con él, te causará tristeza. [...] Educa bien a tu hijo, lábralo, o si no, su mala conducta se volverá en tu contra” (Sirácides [Eclesiástico] 30:1, 9, 13, BL).
El consejo de Pablo tiene un tono muy diferente. En primer lugar, dirige un mandato negativo a los padres: “No irriten a sus hijos”, seguido de uno positivo: “Críenlos en disciplina y amonestación del Señor” (Efe. 6:4). En los días de Pablo, el padre tenía poder legal absoluto sobre sus hijos, y se los consideraba propiedad de él. Los padres tenían derecho a infligir castigos violentos a sus hijos, incluso la muerte. De hecho, en algunos aspectos el poder de un padre sobre sus hijos excedía la autoridad de un amo sobre sus esclavos. Pablo no respalda ese poder, sino que aclara y redefine audazmente las relaciones familiares. En el contexto de una suprema lealtad a Cristo, Pablo invita a los padres cristianos a repensar su uso del poder, ya que, si los padres irritan a los hijos, estos no estarán bien posicionados para aceptar la “disciplina y [la] amonestación del Señor” (Efe. 6:4).
“Padres y madres, en el hogar deben representar el carácter de Dios. Han de requerir obediencia no con una tormenta de palabras, sino en una forma bondadosa y amante. [...] Sean amables en el hogar. Restrinjan cada palabra que pudiera despertar una mala reacción. La orden divina es: ‘Padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos’[...]. En la Palabra de Dios no se autoriza la severidad paterna ni la opresión, así como tampoco la desobediencia filial. En la vida familiar y en el gobierno de las naciones, la Ley de Dios fluye de un corazón de infinito amor” (Conducción del niño, pp. 243, 244).
Aunque el contexto de esta lección trata sobre padres e hijos, ¿qué principios se pueden extraer de estos textos que deberían impactar en nuestra forma de tratar a todas las demás personas?
Comentarios Elena G.W.
Un padre cristiano es el lazo de unión de su familia, el que los reúne ante el trono de Dios. Jamás debe perder su interés en sus hijos. El padre que tiene una familia compuesta de hijos varones no debería dejar estos inquietos muchachos al cuidado de la madre… Debe ser el compañero y amigo de sus hijos. Debe esforzarse por mantenerse alejados de las malas compañías… haciendo todo lo que esté de su parte para conducir sus hijos a Dios.
Cuando los hijos pierden el dominio propio y pronuncian palabras impetuosas… el silencio será más eficaz para promover el arrepentimiento que cualquier palabra que puedais pronunciar. Satanás se regocija cuando los padres irritan a sus hijos con sus palabras coléricas y ásperas… ' Padres, no irritéis a vuestros hijos, porque no se hagan de poco ánimo.' Colosenses 3:21.- Que vuestra serenidad les ayude a recuperar la debida actitud mental (La fe por la cual vivo, p. 267).
Algunos padres suscitan muchas tormentas por su falta de dominio propio. En vez de pedir bondadosamente a los niños que hagan esto o aquello, les dan órdenes en tono de reprensión, y al mismo tiempo tienen en los labios censuras o reproches que los niños no merecieron. Padres, esta conducta para con vuestros hijos destruye su alegría y ambición. Ellos cumplen vuestras órdenes, no por amor, sino porque no se atreven a obrar de otro modo. No pongan su corazón en el asunto. Les resulta un trabajo penoso en vez de un placer; ya menudo por esto mismo se olvidan de seguir todas vuestras indicaciones, lo cual acrece vuestra irritación y empeora la situación de los niños. Las censuras se repiten; se les pinta con vivos colores su mala conducta, hasta que el desaliento se poseesiona de ellos, y no les interesa agradaros.
Los modales amables, la conversación alegre y los actos de amor ligarán los corazones de los hijos con los de sus padres con sedasas cuerdas de afecto y serán más eficaces para hacer atractivo el hogar que todos los más preciosos adornos que el oro puede adquirir.
Debe siempre cultivarse el más tierno afecto entre esposo y esposa, padres e hijos, hermanos y hermanas. Debe evitarse toda palabra impetuosa y ni siquiera se debe notar la apariencia de falta de amor entre unos y otros… Los hijos han de respetar y reverenciar a sus padres, y los padres han de demostrar paciencia, bondad y cariño hacia sus hijos. Cada uno debería hacer todo lo que está de su parte para complacer y hacer dichosos a los miembros del círculo familiar (La fe por la cual vivo, p. 269).
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Martes 5 de septiembre
LA ESCLAVITUD EN LAS ESCRITURAS Y LA HISTORIA
Lee los consejos a los esclavos y amos de esclavos en los siguientes pasajes: Efesios 6:5 al 9; Colosenses 3:22 a 4:1; 1 Corintios 7:20 al 24;s; 1 Timoteo 6:1, 2; ; 1 Pedro 2:18 al 25. ¿Cómo resumirías estos consejos?
Es sorprendente escuchar a Pablo dirigirse a amos cristianos e imaginar a los esclavos cristianos y a su amo sentados juntos en los hogares-iglesias de Éfeso. La esclavitud en el mundo grecorromano podría diferir considerablemente de la versión posterior del Nuevo Mundo. Esta no se centraba en un solo grupo étnico. Los esclavos domésticos urbanos a veces tenían oportunidad de educarse y podían trabajar como arquitectos, médicos y filósofos. Estos esclavos domésticos a veces obtenían su libertad después de un período limitado de servicio, aunque la mayoría de los esclavos nunca lograban su libertad. En un intento por reconocer esas diferencias, varias versiones bíblicas recientes traducen el término griego doulos (“esclavo”) en Efesios 6:5 al 8 como “siervo”.
Sin embargo, estas características se practicaban de manera desigual, y los esclavos de las zonas rurales soportaban regularmente trabajos forzados. Al margen de dónde sirvieran los esclavos, estaban sujetos al poder y la autoridad casi ilimitados del amo, que era dueño de los esclavos, de su esposa y de sus hijos. El grito del exesclavo Publilius Syrus es inquietante: “Es hermoso morir en lugar de ser degradado como esclavo”. Dada la gama completa de estas realidades, se prefiere la traducción de doulos como “esclavo” (NVI, NTV), especialmente porque estos esclavos viven bajo la amenaza de sus amos (Efe. 6:9).
La esclavitud estaba generalizada en el mundo de Pablo. Él no aborda esta temática como un reformador social, sino como un pastor que aconseja a los creyentes cómo afrontar las realidades existentes y proyectar una nueva visión orientada hacia la transformación del creyente individual, que luego podría tener implicaciones más amplias para la sociedad en general: “Su visión no abogaba por la manumisión de esclavos en el Imperio Romano. Su abordaje era sobre algo diferente a la manumisión legal, es decir, una fraternidad basada en la nueva creación a causa de la adopción como hijos de Dios. [...] Para Pablo, la revolución social iba a ocurrir en la iglesia, en el cuerpo de Cristo, a nivel local, y en los hogares-iglesias y el hogar cristiano” (Scot McKnight, The Letter to Philemon [Grand Rapids, MI: Eerdmans Publishing Company, 2017], pp. 10, 11).
Una de las grandes manchas en la historia cristiana es la manera en que algunos utilizaron estos pasajes bíblicos sobre la esclavitud para justificar esta práctica. ¿Qué mensaje alarmante deberíamos extraer acerca de cuán cuidadosamente debemos aplicar la Palabra de Dios?
Comentarios Elena G.W.
Entre los que dieron su corazón a Dios a causa de los trabajos de Pablo en Roma, estaba Onésimo, esclavo pagano que había perjudicado a su amo Filemón, creyente cristiano de Colosas, y había escapado a Roma. En la bondad de su corazón, Pablo trató de aliviar al desdichado fugitivo en su pobreza y desgracia, y entonces procuró derramar la luz de la verdad en su mente entenebrecida. Onésimo atendió las palabras de vida, confesó sus pecados y se convirtió a la fe de Cristo…
Pablo hizo a Onésimo portador de la carta a Filemón, en la cual, con su tacto y bondad acostumbrados, el apóstol defendía la causa del esclavo arrepentido…
Pablo pudo haber manifestado a Filemón su deber como cristiano, pero en cambio escogió valerse del ruego…
El apóstol pidió a Filemón, en vista de la conversión de Onésimo, que recibiera al esclavo arrepentido como a su propio hijo, mostrándole tan profundo afecto que le decidiera a habitar con el que antes fuera su amo, “ya no como siervo, sino más que siervo, como hermano amado”…
El apóstol conocía bien la severidad con que muchos amos trataban a sus esclavos, y sabía también que Filemón estaba grandemente irritado a causa de la conducta de su siervo. Trató de escribirle de tal manera que despertara sus más profundos y tiernos sentimientos de cristiano. La conversión de Onésimo le había transformado en un hermano en la fe, y cualquier castigo infligido a este nuevo converso sería considerado por Pablo como aplicado a sí mismo (Los hechos de los apóstoles, pp. 364, 365).
Algunos amos, más humanitarios que otros, mostraron mayor indulgencia para con sus siervos; pero la gran mayoría de los ricos y nobles daban rienda suelta a sus excesivas concupiscencias, pasiones y apetitos, haciendo de sus esclavos las desdichadas víctimas de sus caprichos y tiranía. La tendencia de todo el sistema era sobremanera degradante.
sNo era la obra del apóstol trastornar arbitraria o repentinamente el orden establecido en la sociedad. Intentar eso hubiera impedido el éxito del evangelio. Pero enseñó principios que herían el mismo fundamento de la esclavitud, los cuales, llevados a efecto, seguramente minarían todo el sistema. Donde estuviere “el Espíritu del Señor, allí hay libertad” ( 2 Corintios 3:17 ), declaró. Una vez convertido, el esclavo llegaba a ser miembro del cuerpo de Cristo, y como tal debía ser amado y tratado como un hermano, un coheredero con su amo de las bendiciones de Dios y de los privilegios del evangelio. Por otra parte, los siervos debían cumplir sus deberes, “no sirviendo al ojo, como los que procuran agradar a los hombres, sino antes, como siervos de Cristo, haciendo de corazón la voluntad de Dios”.Efesios 6:6 (VM).
El cristianismo forma un fuerte lazo de unión entre el amo y el esclavo, el rey y el súbdito, el ministro del evangelio y el pecador caído que ha hallado en Cristo purificación del pecado. Han sido lavados en la misma sangre, vivificados por el mismo Espíritu; y son hechos uno en Cristo Jesús (Los hechos de los apóstoles, págs. 366, 367).
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ESCLAVOS DE CRISTO
¿Qué exige Pablo de los esclavos cristianos en las instrucciones detalladas que les da? Efesios 6:5 al 8. CB
Pablo pide a los esclavos cristianos que obedezcan a sus amos y que les brinden un servicio sincero y de excelencia. Lo que llama la atención es su reiterada referencia a una gran sustitución que les pide que hagan: no deben colocar a su amo en el lugar que le corresponde a Cristo, ofreciéndole la lealtad que solo le pertenece a Cristo. Al contrario, en los compromisos y la lealtad que motivan su servicio excelente y sincero, deben sustituir a su amo por Cristo, el Señor. Al fomentar esta sustitución esencial, Pablo ofrece una concepción cristiana transformadora de la relación amo-esclavo.
Presta atención a las diversas formas en que Pablo impulsa esta sustitución en ellos:
- • Pablo les resta importancia a los amos de esclavos al llamarlos “amos terrenales”, y resalta al verdadero Amo celestial (Efe. 6:5, énfasis añadido).
- • Deben servir “con respeto y temblor, con sincero corazón, como a Cristo” (Efe. 6:5, énfasis añadido).
- • Pablo presenta esta sustitución con mayor claridad al argumentar que los esclavos cristianos deben ofrecer un servicio genuino como esclavos, no de sus amos, sino como “esclavos de Cristo” ( Efe. 6:6, NVI).
- • En el cumplimiento de su servicio, deben cumplir “de todo corazón la voluntad de Dios”, ofreciendo un servicio sincero dirigido a Dios (Efe. 6:6, NVI).
- • Pablo apela al servicio bien motivado, ofrecido “como quien sirve al Señor y no a los hombres” (Efe. 6:7)..
Por su servicio sincero, los esclavos cristianos pueden esperar una re- compensa completa de Cristo en su Venida. Han trabajado para él y pueden esperar una recompensa de su parte; una idea especialmente atractiva para los esclavos no remunerados. Un esclavo puede sentir que su amo terrenal lo menosprecia o algo peor (comparar con 1 Ped. 2:19, 20). Sin embargo, el esclavo creyente tiene un Amo que está atento, observando “cualquier cosa buena que cada uno haga” (Efe. 6:8, LBLA) y ofrece una recompensa segura. Por más que quisiéramos que las Escrituras condenaran abiertamente esta horrible práctica, no es así. Sin embargo, ¿qué principios podemos extraer de las palabras de Pablo en este contexto en cuanto a cómo relacionarnos con la gente con la que trabajamos?
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Jueves 7 de septiembre
AMOS QUE SON ESCLAVOS
En las últimas palabras de Pablo a los esclavos, “sea esclavo o sea libre” (Efe. 6:8), la palabra “libre” se refiere a los amos, lo que permite a Pablo hacer la transición para aconsejar a los amos mientras imagina esclavos y amos en igualdad de condiciones ante Cristo en el Juicio (comparar con 2 Cor. 5:10; Col. 3:24, 25).
Supongamos que eres un amo cristiano que está escuchando la lectura de Efesios en un hogar-iglesia, ¿cuál podría ser tu reacción ante este consejo impartido en presencia de tus esclavos? Efesios 6:9.
Pablo se dirige a los amos, a los amos de esclavos, en una exhortación mordaz, que gira en torno al marcado contraste entre “los señores” (griego, hoi kurioi, traducido como “amos”), que tenían la costumbre de “amenazar” a sus esclavos; y “el Señor” (ho kurios), Cristo, quien “no hace acepción de personas”.
Pablo pide a los amos que “hagan con ellos [los esclavos] lo mismo”, lo que habría sido impactante para un amo de esclavos del siglo I. Los amos deben responder a sus esclavos con obras de buena voluntad regidas por su fidelidad a Cristo, en consonancia con lo que Pablo acaba de pedir a los esclavos (Efe. 6:5–8). Les dice que dejen de amenazar a sus esclavos, una práctica común en una época en la que los amos propinaban una amplia variedad de castigos, incluyendo las palizas (1 Ped. 2:20), los abusos sexuales, la posibilidad de ser vendidos (y apartados de sus seres queridos), los trabajos extenuantes, el hambre, los grilletes, la marcación, e incluso la muerte.
Pablo respalda sus mandatos con dos motivaciones que exhortan a los amos a ver más allá de las estructuras sociales del mundo grecorromano:
- 1. Ellos y sus supuestos esclavos son coesclavos de un solo Amo (“conscientes de que ustedes también tienen un Amo en el Cielo”, NVI; comparar con Col. 4:1);
- 2. El Amo celestial juzga a todos sin favoritismos. Puesto que su propio Amo trata a los supuestos esclavos en pie de igualdad con los demás, ellos también deberían tratarlos así (comparar con Fil. 1:15, 16).
Gran parte del vocabulario de Pablo en Efesios era especialmente alentador para los esclavos cristianos: adopción como hijos (Efe. 1:5); redención (Efe. 1:7); herencia (Efe. 1:11, 14; 3:6); entronización junto con Jesús (Efe. 2:6); y llegar a ser “conciudadanos”, “miembros de la familia de Dios” (Efe. 2:19; comparar con 3:14, 15) y parte integral del cuerpo de Cristo (ver Efe. 3:6; 4:1–16). Efesios 6:5 al 9 revela toda la enseñanza de la carta como eficaz en la relación entre esclavos y amos, incluyendo el consejo sobre el lenguaje (Efe. 4:25–32) y la ética sexual (Efe. 5:1–14).
Comentarios Elena G.W
Pablo dirigió la mente de sus idólatras oyentes [de Atenas] más allá de los límites de su falsa religión a un verdadero concepto de la Deidad, que habían titulado: “Dios no conocido”. Este Ser, a quien ahora les declaraba, no dependía del hombre, ni necesitaba que las manos humanas añadiesen nada a su poder y gloria. La gente se llenó de admiración por el fervor de Pablo y su lógica exposición de los atributos del Dios verdadero: su poder creador y la existencia de su providencia predominante. Con ardiente y férvida elocuencia, el apóstol declaró: “El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, éste, como sea Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos, ni es honrado con manos de hombres, necesitado de algo; pues él da a todos vida, y respiración, y todas las cosas”. Los cielos no eran bastante grandes para contener a Dios, cuánto menos los templos hechos por manos humanas.
En aquella época de castas, cuando a menudo no se reconocían los derechos de los hombres, Pablo presentó la gran verdad de la fraternidad humana, declarando que Dios “de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habitasen sobre toda la faz de la tierra”. A la vista de Dios, todos son iguales. Cada ser humano debe suprema lealtad al Creador. Luego el apóstol mostró cómo, a través de todo el trato de Dios con el hombre, su propósito de misericordia y gracia corre como un hilo de oro. Él “les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de la habitación de ellos; para que buscasen a Dios, si en alguna manera, palpando, le hallen; aunque cierto no está lejos de cada uno de nosotros” (Los hechos de los apóstoles, pp. 193, 194).
[C]uando Cristo abandonó el cielo para venir en su ayuda… vio a la humanidad hundida en la miseria y el pecado. Vio a los hombres y mujeres depravados y degradados y que acariciaban los vicios más detestables. Los ángeles se maravillaban de que Cristo emprendiera lo que para ellos era la tarea más desesperada. Se maravillaban de que Dios tolerara a una raza tan pecadora. No podían ver cabida para el amor. Pero “de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16.
Cristo vino a esta tierra trayendo un mensaje de misericordia y perdón. Colocó los fundamentos para una religión en la cual judíos y gentiles, negros y blancos, libres y siervos, estuvieran unidos por una hermandad común, reconocidos como iguales a la vista de Dios. El Salvador ama a cada ser humano con un amor ilimitado. Ve capacidad de mejoramiento en cada uno. Con energía y esperanza divina les da la bienvenida a aquellos por quienes ha dado su vida. Con la fuerza de él pueden vivir una vida rica en buenos frutos, llena del poder del Espíritu (Testimonios para la iglesia, t. 7, pp. 214, 215).
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Viernes 8 de septiembre
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
El respeto de Pablo por los hijos como hermanos en la fe (Efe. 6:1–3) agudiza nuestra preocupación por el trato que reciben los hijos en nuestro mundo actual. Las palabras que dirige a los padres (Efe. 6:4)
nos invitan a considerar las responsabilidades de los padres. Aplicar el consejo de Pablo a los esclavos (Efe. 6:5–8)
y, especialmente, su consejo a los amos Efe. 6:9),
( es más desafiante, ya que el entorno social es distante para muchos de nosotros y porque sabemos que la esclavitud, en cualquiera de sus formas, es uno de los mayores males morales y sociales. Aun así, dado que estas son palabras inspiradas y forman parte de las Escrituras, debemos reflexionar sobre cómo aplicarlas hoy. Al igual que los creyentes de Éfeso del siglo I, tenemos el privilegio y la responsabilidad de aplicar los valores del evangelio a nuestras relaciones. Las siguientes preguntas para dialogar están pensadas con el propósito de fomentar esa importante obra.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
¿Qué significa para los adventistas que el amor por los hijos se identifique como evidencia de “un pueblo bien dispuesto para recibir al Señor”? Lucas 1:17 NVI (citado de Mal. 4:6).
El obvio respeto de Pablo por los hijos sugiere una pregunta perspicaz: ¿Cuál es nuestra responsabilidad de extender el cuidado de Cristo a los hijos que han sufrido violencia, abuso sexual y vergüenza en sus primeros años de vida? En vista de las investigaciones sobre el profundo impacto de las Experiencias Adversas en la Niñez (o ACE, por sus siglas en inglés. Consulta https://www.cdc.gov/spanish/mediosdecomunicacion/comunicados/p_vs_ experiencias_adversas_ninez_110419.html ), ¿cuál es nuestra responsabilidad hacia ellos?
Como una extensión del respeto de Pablo por los hijos y del cuidado de Jesús por ellos, ¿qué responsabilidades tiene la iglesia para educar y proteger a los hijos bajo su cuidado? ¿Qué sistemas y procedimientos deben imple-mentarse para ello?
El consejo de Pablo a los esclavos y a los amos, en Efesios 6:5 al 9,
a menudo se aplica a las relaciones entre empleados y patrones. ¿En qué sentido esto podría ser apropiado? ¿Qué peligros se presentan al hacer esto? La esclavitud continúa siendo una dolorosa realidad en nuestro mundo, con más de 40 millones de personas esclavizadas (según “The Global Slavery Index”, http://www.globalslaveryindex.org/ ). Como personas libres cuyos antepasados espirituales estuvieron firmemente comprometidos con la abolición de la esclavitud, ¿cuáles son nuestras responsabilidades para con estos hijos e hijas de Dios esclavizados mientras le cantamos a Cristo: “Rompe cadenas, liberta a los esclavos, pues en su Nombre no existe opresión” (letra de “Oh, Santa noche”, dominio público)?