LECCION 9
- Categoría: LECCION 1 - 2025
- Publicado el Martes, 25 Marzo 2025 21:04
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Lección 9 Edición Adultos: – El Conflicto Cósmico – Para el 01 de Marzo de 2025, (1er Trimestre)
AdolfoCalsin February 22, 20250 comments
Sábado, Febrero 22
El Conflicto Cósmico
Lee para el estudio de esta semana
Mateo 13: 24-27; Génesis 1: 31; Ezequiel 28: 12-19; Isaías 14: 12-15; Mateo 4: 1-11; Juan 8: 44, 45.
Para memorizar
«Pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú la herirás en el talón» (Gén. 3: 15).
El gran conflicto entre Cristo y Satanás está en el centro de la teología bíblica. Aunque la idea de un conflicto cósmico entre Dios y las criaturas celestiales que han caído y se han rebelado contra él es un tema destacado de las Escrituras (Mat. 13: 24-30, 37-39; Apoc. 12: 7-10) y también prevalece en gran parte de la tradición cristiana, muchos cristianos la han rechazado o descuidado por completo.
Sin embargo, desde una perspectiva bíblica, el tema de un conflicto cósmico en el que el Reino de Dios se opone al Diablo y sus ángeles, no es algo que podamos descuidar sin perder la esencia misma de las narraciones bíblicas. Por ejemplo, los Evangelios contienen numerosas referencias al Diablo y a los demonios que se oponen a Dios.
Para empezar nuestro estudio correspondiente a esta semana, abordaremos cómo se podría responder a las siguientes dos preguntas sobre la base de algunos pasajes bíblicos cruciales:
¿Dónde enseña la Escritura que existe un conflicto cósmico entre Dios y Satanás?
¿Cuál es la naturaleza de ese conflicto, según las Escrituras?
Domingo, Febrero 23
Un enemigo hizo esto
Lee Mateo 13: 24 al 27. ¿Cómo nos ayuda esa parábola a entender la existencia del mal en nuestro mundo?
Jesús cuenta la historia de un agricultor que siembra solo semillas buenas en su campo. Sin embargo, la cizaña brota entre el trigo. Al ver esto, los criados del propietario le preguntan: «Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿Cómo, pues, tiene cizaña?» (Mat. 13: 27). Esto se asemeja a la pregunta que se oye a menudo acerca del problema del mal: Si el mundo era perfecto cuando salió de las manos de Dios, ¿por qué hay maldad en él?
Lee Mateo 13: 28 al 30 a la luz de la explicación de Cristo en Mateo 13: 37 al 40. ¿Cómo ilumina esto la naturaleza del Conflicto Cósmico?
El amo responde a la pregunta de su criado: «Un enemigo ha hecho esto» (Mat. 13: 28). Más adelante, Jesús identifica al «que siembra la buena semilla» como «el Hijo del hombre», que es el propio Jesús (Mat. 13: 37), y explica que «el campo es el mundo» (Mat. 13: 38), y que el «enemigo» que sembró la cizaña es «el diablo» (Mat. 13: 39), describiendo explícitamente un conflicto cósmico entre Cristo y Satanás. ¿Por qué existe el mal en el mundo? El mal es el resultado del enemigo (el Diablo) que se opone al amo. «Un enemigo ha hecho esto» (Mat. 13: 28).
Esta respuesta, sin embargo, provoca la siguiente pregunta: «¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?». En otras palabras, ¿por qué no desarraigar el mal inmediatamente? El amo dijo entonces: «No, porque al arrancar la cizaña podrían también arrancar el trigo. Dejen que crezcan lo uno y lo otro hasta la cosecha. Cuando llegue el momento de cosechar, yo les diré a los segadores que recojan primero la cizaña y la aten en manojos, para quemarla, y que después guarden el trigo en mi granero» (Mat. 13: 29, 30, RVC; compara con Mar. 4: 29). Según la parábola, Dios acabará finalmente con el mal, pero desarraigarlo antes de tiempo provocaría daños colaterales irreversibles que perjudicarían al bien.
¿Cuáles son los riesgos de arrancar ahora la cizaña que está en medio del trigo? Al mismo tiempo, ¿por qué el hecho de no arrancarla no significa que debamos ser indiferentes ante el mal?
Lunes, Febrero 24
El origen del conflicto en la tierra
Existe otro interrogante que es paralelo al de la parábola (por qué hay cizaña en el campo si el dueño plantó solo semillas buenas): Si Dios creó el mundo completamente bueno, ¿cómo surgió aquí el mal?
Lee Génesis 1: 31. ¿Qué revelan las palabras de Dios acerca de la Creación cuando Dios la terminó, y por qué es importante la respuesta a esta pregunta?
Según Génesis 1: 31, el mundo era «bueno en gran manera» cuando Dios lo creó. En Génesis 1 no hay ningún indicio de maldad en la creación de este planeta por parte de Dios. ¿Cómo, entonces, llegó el mal a la experiencia humana?
Lee Génesis 3: 1 al 7. ¿Qué nos dice esto acerca de cómo llegó el mal a la Tierra? ¿Qué luz arroja eso sobre la naturaleza del Conflicto Cósmico? (Ver también Apoc. 12: 7-9).
En este relato vemos mentiras dichas por la serpiente (la «serpiente antigua» de Apoc. 12: 7 al 9, identificada aquí como el Diablo mismo) acerca del carácter de Dios. La serpiente primero utiliza una pregunta para poner en duda el mandato de Dios, casi invirtiendo en esa pregunta el orden de lo que Dios había ordenado. Luego desafía directamente lo que Dios había dicho, asegurando a Eva: «No moriréis» (Gén. 3: 4).
Alguien, la serpiente o Dios, mintió a Eva, quien ahora debe decidir a quién creerá.
Aquí y en otras partes de la Escritura, la naturaleza de este conflicto tiene que ver principalmente con qué y a quién creer, lo que en sí mismo está integralmente relacionado con el amor. Ello se debe a que nuestro concepto acerca de alguien (qué clase de persona es y si se puede confiar en ella) influye profundamente en nuestra decisión de amar y confiar en ella y, en ese caso, de escucharla y aceptar lo que nos diga.
Lee Génesis 3: 15. La declaración hecha por Dios a la serpiente de que el Descendiente de la mujer, refiriéndose al Mesías, aplastaría la cabeza de la serpiente es identificada a menudo como el primer Evangelio (o Protoevangelio) de las Escrituras. ¿Cómo refuerza esto la realidad del Conflicto y, al mismo tiempo, nos da esperanza en medio de él?
Martes, Febrero 25
El origen del conflicto en el cielo
Génesis 1 al 3 demuestra que el mal existía antes de la caída de Adán y Eva. Aunque el mal no era una realidad concreta en el Edén, conceptualmente, el «mal» ya había aparecido en el nombre del «árbol del conocimiento del bien y del mal» (Gén. 2: 9, 17). Luego, la serpiente (el Diablo) acusó a Dios de mentir cuando era él quien mentía. La existencia de la serpiente (Apoc. 12: 9) junto con su mentira muestran la realidad de la existencia del mal allí. Por lo tanto, la presencia del mal es manifiesta incluso en el Edén y antes de la Caída.
Lee Ezequiel 28: 12 al 19 a la luz de Éxodo 25: 19 y 20. ¿Cuál es la naturaleza de la caída de este ser?
Según este pasaje, el origen del mal y del Conflicto Cósmico comenzó en el Cielo.
Antes de caer, el ser que llegó a ser conocido como Satanás era un querubín, o ángel protector. Además de ser identificado como un querubín, era «el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y de acabada hermosura», y estaba «en el Edén, en el huerto de Dios» (Eze. 28: 12, 13). Ninguna de estas cosas podría decirse del rey de Tiro ni de ningún otro ser humano. Por lo tanto, sabemos que en ese texto se describe la caída de Lucifer.
Lee Isaías 14: 12 al 15. ¿Qué luz adicional arroja esto sobre el origen del Gran Conflicto?
Según Isaías 14, Lucifer decidió exaltarse y hacerse semejante a Dios. Este versículo complementa lo que vimos en Ezequiel 28, donde se dice que «se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura» (Eze. 28: 17), lo que debería haberlo llevado a glorificar al Dios que lo hizo hermoso. En cambio, se volvió orgulloso. Peor aún, ese orgullo lo condujo a pretender ocupar el lugar de Dios y a calumniarlo. La expresión hebrea traducida como «trato comercial» en Ezequiel 28: 16 también significa «calumnia», una indicación de cómo Satanás opera contra Dios y contra nosotros.
¿Cómo entendemos el hecho de que Lucifer, quien cayó, era originalmente «perfecto» desde el momento en que había sido creado «hasta que se halló […] maldad» en él (Eze. 28: 15)? ¿Cómo podría un ser perfecto caer a menos que su perfección incluyera la libertad moral, o libre albedrío?
Miércoles, Febrero 26
Si me adoras
El afán de Satanás por usurpar el Trono de Dios también se revela en los relatos de Mateo 4 y Lucas 4 acerca de las tentaciones de Jesús. En el sorprendente encuentro entre Jesús y el Tentador, se revela mucho acerca de la naturaleza del Conflicto. Aquí vemos la realidad del gran conflicto entre Cristo y Satanás, pero representada en términos crudos y gráficos.
Lee Mateo 4: 1 al 11. ¿Cómo se revela aquí la realidad del gran conflicto entre Cristo y Satanás?
El Espíritu había «llevado» a Jesús al desierto con el propósito expreso de que Jesús fuera «tentado por el diablo» (Mat. 4: 1). Y, antes de afrontar este encuentro, Jesús ayunó durante cuarenta días. Cuando el Diablo llegó, tentó a Jesús para que convirtiera las piedras en pan, tratando así de aprovechar el hambre extrema de Jesús. Pero el Señor respondió a esta tentación con las Escrituras, y la estratagema de Satanás fracasó.
Luego, en un intento de hacer que Jesús actuara presuntuosamente, el Diablo lo tentó a arrojarse desde el pináculo del Templo. Satanás tergiversó las Escrituras para sugerir que, si Jesús era realmente el Hijo de Dios, los ángeles lo protegerían. Pero, interpretando correctamente la Escritura, Jesús vuelve a contrarrestar la tentación.
La tercera tentación revela claramente lo que el Diablo está tratando de lograr. Quiere que Jesús lo adore. Satanás intenta esta vez usurpar la adoración que solo se debe a Dios. Y, para hacerlo, muestra a Jesús «todos los reinos del mundo y la gloria de ellos» y luego afirma: «Todo esto te daré, si postrado me adoras» (Mat. 4: 8, 9). De hecho, en Lucas 4: 6, un texto paralelo al de Mateo, el Diablo afirma: «A ti te daré todo el poder de estos reinos y la gloria de ellos, porque a mí me ha sido entregada y a quien quiero la doy» (Luc. 4: 6). Una vez más, Jesús contrarresta la tentación con las Escrituras, y de nuevo Satanás fracasa.
En los tres casos, Jesús utilizó las Escrituras para defenderse de los ataques del Enemigo.
Efesios 6: 12 nos recuerda que «no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes». Aunque no deberíamos vivir con temor, ¿por qué debemos recordar siempre la realidad de la lucha que se libra a nuestro alrededor?
Jueves, Febrero 27
La naturaleza del conflicto cósmico
Hemos visto algunos pasajes que revelan un conflicto cósmico entre Dios y Satanás. Pero ¿cómo es posible tal conflicto? ¿Cómo podría alguien oponerse al Dios omnipotente? Si el Conflicto Cósmico fuera una mera cuestión de poder, habría terminado antes de empezar. Debe, pues, ser de otro tipo. De hecho, las Escrituras revelan que el Conflicto es una disputa en torno al carácter de Dios, un conflicto acerca de acusaciones difamatorias hechas por el Diablo contra Dios en el sentido de que, entre otras cosas, el Señor no es totalmente bueno y amoroso. Tales afirmaciones no pueden ser contrarrestadas mediante el poder o la fuerza, sino comparando los dos caracteres en pugna.
«En su actitud para con el pecado, Dios no podía sino obrar con justicia y verdad. Satanás podía hacer uso de armas de las cuales Dios no podía valerse: la lisonja y el engaño. Satanás había tratado de falsificar la Palabra de Dios y había representado de un modo falso su plan de gobierno ante los ángeles, sosteniendo que Dios no era justo al imponer leyes y reglas a los habitantes del cielo; que al exigir de sus criaturas sumisión y obediencia, solo estaba buscando su propia gloria. Por eso debía ser puesto de manifiesto ante los habitantes del cielo y ante los de todos los mundos, que el gobierno de Dios era justo y su ley perfecta. Satanás había dado a entender que él mismo trataba de promover el bien del universo. Todos debían llegar a comprender el verdadero carácter del usurpador y el propósito que lo animaba. Había que dejarle tiempo para que se diera a conocer por sus actos de maldad» (Elena G. de White, El conflicto de los siglos, p. 488).
Lee Juan 8: 44 y 45 a la luz de Apocalipsis 12: 7 al 9. ¿Qué revelan estos pasajes acerca del carácter del Diablo y su estrategia?
El plan del Diablo ha sido desde el principio hacer creer a los seres humanos que Dios no es realmente justo y amoroso, y que su Ley es opresiva y perjudicial para ellos. No es de extrañar que Jesús se refiriera al Diablo como «mentiroso y padre de mentira» (Juan 8: 44). Por el contrario, Jesús vino para «dar testimonio de la verdad» (Juan 18: 37) y contrarrestar las mentiras y las calumnias de Satanás, para derrotar y, en última instancia, destruir al Diablo y su poder (1 Juan 3: 8; Heb. 2: 14).
Apocalipsis 12: 9 y 10 identifica a Satanás como (1) la «serpiente antigua», (2) como el que en la corte celestial acusa al pueblo de Dios, y (3) como el dragón gobernante que engaña al mundo. La palabra griega traducida como «diablo» significa simplemente «calumniador», mostrando una vez más que la naturaleza del Conflicto tiene que ver con creencias, incluyendo creencias acerca del carácter de Dios.
Viernes, Febrero 28
Para estudiar y meditar
Lee el capítulo titulado «El origen del mal y del dolor» en las páginas 483 a 494 del libro El conflicto de los siglos, de Elena G. de White.
«Nada se enseña con mayor claridad en las Sagradas Escrituras que el hecho de que Dios no fue en nada responsable de la introducción del pecado en el mundo, y de que no hubo retención arbitraria de la gracia de Dios, ni error alguno en el gobierno divino que dieran lugar a la rebelión. El pecado es un intruso, y no hay razón que pueda explicar su presencia. Es algo misterioso e inexplicable; excusarlo equivaldría a defenderlo. […] De haber sido este [Lucifer] aniquilado inmediatamente, aquellos [los ángeles leales] habrían servido a Dios por miedo más que por amor. La influencia del seductor no habría quedado destruida del todo, ni el espíritu de rebelión habría sido extirpado por completo. Para bien del universo entero a través de las edades sin fin, era preciso dejar que el mal llegase a su madurez, y que Satanás desarrollase más completamente sus principios, a fin de que todos los seres creados reconociesen el verdadero carácter de los cargos que arrojara él contra el gobierno divino y a fin de que quedaran para siempre incontrovertibles la justicia y la misericordia de Dios, así como el carácter inmutable de su ley» (Elena G. de White, El conflicto de los siglos, pp. 484, 489).
Preguntas para dialogar:
Muchos se preguntan cómo una criatura sin pecado como Lucifer pudo pecar. ¿Por qué el pecado es tan «misterioso» e «inexplicable»? ¿Cómo explicar este primer pecado sin excusarlo ni justificarlo? Es decir, ¿por qué explicar su origen sería lo mismo que justificarlo?
¿Por qué Dios no borró a Satanás de la faz del universo? ¿Por qué «era preciso dejar que el mal llegase a su madurez»? ¿En qué sentido es esa madurez «para el bien del universo entero a través de las edades sin fin»?
¿Por qué es tan importante comprender que el conflicto entre Dios y Satanás no es una cuestión meramente de poder sino una controversia de otro tipo? ¿Por qué un conflicto en relación con el carácter es más significativo que uno en torno al mero poder?
¿Cómo entender la naturaleza del Conflicto nos revela, por así decirlo, que nuestra propia vida puede ser un reflejo en miniatura del Conflicto Cósmico? ¿Cómo estás experimentando la realidad de ese conflicto? ¿Cómo deberías responder para mostrar de qué lado estás realmente?