LECCION 2
- Categoría: LECCION 1-2023
- Publicado el Martes, 17 Enero 2023 13:34
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![]() | Lección 2: Para el 14 de enero de 2023 LOS PACTOS DE DIOS CON NOSOTROS ![]() Sábado 7 enero |
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Lee para el estudio de esta semana Mateo 10:22; Juan 6:29; Deuteronomio 28:1–14; Proverbios 3:1–10; Malaquías 3:7–11; Mateo 6:25–33 .
Para memorizar
“Si obedece cabalmente la voz del Señor tu Dios, para cumplir todos sus mandamientos que te prescribo hoy, el Señor tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Además, las siguientes bendiciones vendrán y te alcanzarán, si obedece la voz del Señor tu Dios” ( Deut. 28:1, 2 ).
Resulta maravilloso que Dios haya hecho contratos (o pactos) con nosotros. La mayoría son bilaterales, lo que significa que ambas partes (Dios y los seres humanos) tienen una parte que cumplir. Un ejemplo de un pacto bilateral es: “Si tú haces esto, entonces yo haré aquello”. O “Haré esto si tú haces eso”. Una clase menos común de pacto es unilateral. “Yo haré esto ya sea que tú hagas algo o no”. Algunos de los pactos de Dios con la humanidad son unilaterales. Por ejemplo, Dios “envía su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia sobre justos e injustos” ( Mat. 5:45). Hagamos lo que hagamos o dejemos de hacer, podemos contar con Dios para tener la luz del Sol y la lluvia. Después del Diluvio, Dios prometió ante la humanidad y “toda bestia de la tierra” que nunca habría otro diluvio que cubriera toda la Tierra (ver Gén. 9:9–16 ), independientemente de nuestras acciones.
Esta semana estudiaremos algunos pactos bilaterales muy significativos entre Dios y sus hijos. Oremos para que, por la gracia de Dios, cumplamos con nuestra parte del trato.
Comentarios Elena GW
Dios da constantemente. ¿Y a quiénes conceden sus dones? ¿A los que tienen un carácter intachable? El “que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos”. Mateo 5:45 . No obstante el carácter pecaminoso de la humanidad, a pesar de que tan a menudo agraviamos el corazón de Cristo y no merecemos el perdón, cuando se lo pedimos él no nos rechaza. Nos ofrece gratuitamente su amor con esta exhortación: “Que os améis unos a otros; como yo os he amado”. Juan 13:34 ( Testimonios para la iglesia , t. 6, p. 286).
Mientras las multitudes seguían a Cristo por los campos abiertos, les revelaba las bellezas del mundo natural. Trató de abrir sus ojos para que las comprendiesen y pudiesen ver cómo la mano de Dios sostiene el mundo. A fin de que expresasen aprecio por la bondad y benevolencia de Dios, llamó la atención de sus oyentes al rocío que caía suavemente, a las lluvias apacibles y al resplandeciente sol, otorgados a los buenos tanto como a los malos. Deseaba que los hombres comprendiesen mejor la consideración que Dios conceda a los instrumentos humanos que creó ( El Deseado de todas las gentes , pp. 482, 483).
Es la observancia de los mandamientos de Dios lo que lo honra y glorifica en sus elegidos. Por lo tanto, cada alma a quien Dios le ha dado la facultad de razonar está bajo la obligación de escudriñar la Palabra para averiguar todo lo que él nos ha ordenado como posesión adquirida. Deberíamos procurar comprender todo lo que la Palabra requiere de nosotros en el sentido de la obediencia y la observancia de sus preceptos. No podemos manifestar más honor a nuestro Dios, a quien pertenecemos por creación y redención, que evidencia ante los seres celestiales, los mundos no caídos y los hombres caídos, de que atendemos diligentemente todos sus mandamientos, que son los principios que gobiernan su reino .
Necesitamos estudiar asiduamente para conocer los preceptos de Dios. ¿Cómo podemos ser súbditos obedientes si dejamos de comprender los principios que gobiernan el reino de Dios? Abrid, entonces, vuestras Biblias, y buscad todo aquello que os ilumina respecto a los preceptos de Dios; y cuando discernáis un “así dice Jehová”, no pidáis la opinión de los hombres, sino que, cualquiera que sea el costo para vosotros, obedeció gozosamente. Entonces descansará sobre vosotros la bendición de Dios y lo glorificaréis ( Dios nos cuida , p. 155).
La cuestión de mayor interés para cada uno debería ser: ¿Estoy cumpliendo los requisitos de la ley de Dios? Esa ley es santa, justa y buena, y Dios quiere que comparemos diariamente nuestras acciones con ella, que es su gran norma de justicia. Únicamente mediante un severo examen de nosotros mismos a la luz de la Palabra de Dios podemos descubrir nuestras desviaciones de su santa regla de bien…
El amor es el principio que está a la base del gobierno de Dios en el cielo y en la tierra, y este amor debe estar entretejido en la vida del cristiano. El amor de Cristo no es vacilante, sino que es profundo, amplio y pleno. Su poseedor no dirá: “Amaré únicamente a los que me aman”. El corazón que está influido por este principio santo, será puesto por encima de todo lo que se asemeje a una naturaleza egoísta ( A fin de conocerle , p. 296).
Reavivados por su Palabra: Hoy, 1 Crónicas 21. |
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