LECCION 6

Lección 6: Para el 6 de mayo de 2023
LA HORA DE SU JUICIO

Sábado 29 de abril

ESTUDIOS DIARIOS

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Lee para el estudio de esta semana: Daniel 8; 9; Esdras 7; Mateo 3:13-17; Romanos 5:6-9; Marcos 15:38; Levítico 16:16.

Para memorizar

“Y hagan esto conociendo el tiempo, que ya es hora de levantarnos del sueño; pues ahora nuestra salvación está más cerca que cuando creímos. La noche está muy avanzada; el día casi ha llegado. Desechemos las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de luz” (Rom. 13:11, 12).

Hace varios años, la revista National Geographic informó de un incendio forestal en el Parque Nacional Yellowstone, en los Estados Unidos. Cuando se extinguió, los guardabosques subieron a una montaña para evaluar los daños. Un guardabosques encontró un pájaro literalmente reducido a cenizas en la base de un árbol. Consternado por la espeluznante escena, tumbó el ave con un palo.
Al tocarla, tres diminutos pajaritos se escabulleron de debajo de las alas de su madre muerta. La madre amorosa, muy consciente del desastre inminente, había llevado a sus pichones a la base del árbol y los había reunido bajo sus alas. Ella podría haber volado para salvarse, pero se rehusó a abandonar a sus bebés. ¡Qué imagen del creyente, que está a salvo en Cristo, gracias a su sacrificio!
Los fuegos del juicio de Dios se consumieron sobre él, en el Calvario, y todos los que están en Cristo están a salvo para siempre bajo sus alas. En la Cruz, Cristo fue juzgado como un pecador condenado a fin de que nosotros pudiéramos ser juzgados como ciudadanos justos del Reino celestial. Él fue juzgado como un criminal con la intención de que nosotros pudiéramos ser liberados de los fuegos destructivos de la pérdida eterna, tanto en sentido figurado como literal.


Comentarios Elena G.W

Formamos parte de la gran tela de la humanidad, y una influencia pasa de uno a otro, no solo en la iglesia, pues la familia del cielo y de la tierra se amalgaman a fin de que Cristo pueda llegar a ser un poder en el mundo. Todas las joyas de la verdad concedidas a los patriarcas y profetas que se han ido acumulando de era en era y de generación en generación, deben reunirse ahora como la herencia que se nos ha confiado…
El pueblo de Dios de la actualidad tiene todos los privilegios y oportunidades de las generaciones pasadas, y mucho más luz que le puede conferir más poder para la obra de Dios, que el que han tenido las generaciones precedentes. Estas ventajas requieren que se produzcan los correspondientes dividendos. Nuestros esfuerzos para abrir el camino delante de los demás deben estar en armonía con los tesoros celestiales que poseemos.
El Señor se acerca. Las inteligencias celestiales, unidas con las influencias santificadas de la tierra, deben proclamar el mensaje del tercer ángel y dar esta advertencia: “El fin de todas las cosas se acerca”. “Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará”. Hebreos 10:37. Hay que preparar a un pueblo para que esté en pie en el día del Señor, y para que, habiendo acabado todo pueda prevalecer (Cada día con Dios, p. 168).
La noche ha pasado, y ha llegado el día: echemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de luz. Romanos 13:12…
La venida del Señor se acerca. Tenemos tan solo poco tiempo para prepararnos. Si se desperdician las preciosas oportunidades, resultará en una pérdida eterna. Necesitamos una relación más estrecha con Dios. No estamos a salvo por un solo instante, a menos que seamos dominados y guiados por el Espíritu Santo…
La vida es corta. Las cosas del mundo perecerán con quienes las usan. Seamos sabios y edifiquemos para la eternidad. No podemos permitirnos perder nuestros momentos preciosos, o emprender actividades que no producirán fruto para la eternidad. El tiempo que hasta ahora hemos dedicado al ocio, a la frivolidad, a la mundanalidad, debe emplearse para obtener un conocimiento de las Escrituras, en hermosear nuestra vida, en bendecir y ennoblecer la vida y el carácter de otros. Esta obra recibirá la aprobación de Dios, y ganará para nosotros la bendición celestial del “Bien hecho” (Nuestra elevada vocación, p. 189).
El poder omnipotente del Espíritu Santo es la defensa de toda alma contrita. Cristo no permitirá que pase bajo el dominio del enemigo quien haya pedido su protección con fe y arrepentimiento. Es verdad que Satanás es un ser fuerte; pero, gracias a Dios, tenemos un Salvador poderoso que arrojó del cielo al maligno. Satanás se goza cuando engrandecemos su poder. ¿Por qué no hablamos de Jesús? ¿Por qué no magnificamos su poder y su amor? (El ministerio de curación, pp. 62, 63).


  Reavivados por su Palabra: Hoy,

Job 35